Del teatro al salón de tu casa

«Empezamos a hacerlo por accidente» , recuerda Carmen Flores, actriz de Teatro de Cerca, una compañía que tiene la particularidad de ofrecer obras de las de toda la vida, pero en unos escenarios muy especiales, los salones de su público, que ya les ha visto actuar en hogares de Madrid, Barcelona, Valencia o Granada.

«Es más especial», considera Flores, quien señala que las obras que representan son similares a las que se podrían llevar a cabo sobre los escenarios, aunque sí es verdad que se decantan por proponer temas con los que cualquier espectador se pueda ver identificado. «También decimos que es teatro de cerca por esto, porque los temas son muy cercanos », aclara la actriz.

En un espacio incluso más reducido se mueven los actores de Microteatro por Dinero , un proyecto artístico que ha terminado convirtiéndose en un género, el microteatro. Sus escenarios son las pequeñas salas del local situado en la madrileña calle de Loreto y Chicote, en las que no caben más de 5 o 10 personas. Esta es una de las particularidades del microteatro, que no sólo hace honor a su nombre en lo que al tamaño de las salas se refiere, sino en todo lo demás. Desde el precio - 4 euros por función - hasta por su duración -alrededor de 15 minutos-, pasando por el número de intérpretes -normalmente uno, dos y cinco como máximo-, Microteatro por Dinero se ha consolidado como una de las alternativas más originales.

«Creo que el concepto está muy adaptado a los tiempos, porque bueno, ahora el público también busca algo más ágil que no le ocupe tanto tiempo», discurre Verónica Larios, directora gerente de Microteatro por Dinero, donde, según explica, pueden arriesgar más que en otros tipos de teatro . «Por regla no rompemos la cuarta pared, pero hay alguna obra que sí lo hace», adelanta la directora de un local en el que, en ocasiones, se desarrollan hasta cinco obras de forma simultánea.

Por su parte, que el escenario de la obra sea el sofá en el que normalmente se tumba a echar la siesta el propietario de la vivienda no tiene que ser sinónimo de que se rompa la famosa cuarta pared del teatro y es que, como confirma Flores, ellos no interpelan al público ni le hacen partícipe del espectáculo porque el momento de innovar llega después, más concretamente con el «tercer tiempo» -como se dice en el rugby- que mantienen la compañía y los espectadores al terminar para conversar sobre la obra.

«Tener feedback con el público es algo que no ocurre en una sala normal , donde cuando acaba la obra, aplaudes y te vas», subraya Flores, quien en los años que lleva haciendo este tipo de teatro —empezaron en 2003— confiesa que ha actuado para todo tipo de auditorios. « Hemos hecho hasta una función para una persona , pero lo normal suele ser que nos contraten grupos de amigos», explica la actriz.

Si alguien tiene un poco más de tiempo, Microteatro ofrece la posibilidad de comprar entradas para disfrutar de varias obras durante una misma tarde, por lo que cada espectador puede configurar su propio programa y, entre una actuación y otra, tomarse un refresco en el bar del local. « El que viene, repite », asegura Larios, quien también advierte que el microteatro consigue, aunque sólo sea por diez minutos, introducir al espectador en el universo de la obra. «Al cruzar la puerta de cada sala es como si entraras a un mundo diferente », culmina.

En un mundo diferente -algo más truculento, eso sí- entran aquellos que se atreven a compartir una cena con los integrantes del Grupo En Vivo y es que los comensales cambian su rutina por verse inmersos en el escenario de un crimen que han de resolver, al más puro estilo del popular Cluedo . En esta propuesta la interacción sí que es «total», como asegura José Miguel Guisado, el responsable de la compañía.

«Casi todo el mundo sabe a lo que viene, aunque sí es cierto que algunas veces, si no nos conocen, la primera impresión es algo así como ' dónde nos hemos metido ', pero eso sólo es hasta que cogen el ritmo del espectáculo», confiesa Guisado, quien también admite que lo más difícil es conseguir que los espectadores «se metan de lleno» en un espectáculo que suele durar dos horas y que, por un precio de 44 euros con cena incluida, hace que el público disfrute comiendo, además de pasar un rato entretenido.

«Es difícil imaginártelo hasta que lo ves» , adelanta Guisado en una afirmación que se podría hace extensible a los diferentes tipos de nuevo teatro que se han afianzado como alternativas en los últimos años y que triunfan en ciudades como Madrid. Ya se sabe, la vida es sueño y el teatro ayuda a soñar , bien sea en casa, en una pequeña sala o con una obra de tan sólo 15 minutos.