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Aquel verano en Madrid

El origen de las terrazas callejeras: del Pasaje de Matheu a la Gran Vía

Hoy en día no hay cafetería, bar o restaurante que no aproveche las buenas temperaturas para sacar unas mesas a la calle, y las aceras son ya propiedad casi exclusiva del tapeo y de las cañas

Terraza repleta de obras en la calle de Serrano, en 1965, a pesar de las obras en la acera

Jorge Dastis

No hace mucho que Madrid era un desierto de aceras vacías y escaldadas bajo el impasible sol del verano. Aquellos que podían permitírselo corrían a las estaciones de ferrocarril para huir lejos de la capital, mientras que los que ... se veían obligados a quedarse buscaban desesperadamente cualquier excusa para mantenerse alejados de las calles. Las siguientes líneas, de un artículo publicado en 1908 en las páginas de Blanco y Negro , dan una idea de cómo lucían por aquel entonces los veranos en la ciudad: «Se ven entonces casi desiertos sitios en otras épocas muy frecuentados, y al pasar por ellos diríase que Madrid se había despoblado por completo; pero en cambio en improvisados oasis se miran afluir las caravanas de los buscadores de fresco ». Estas caravanas no eran otra cosa que aquellas primitivas terrazas y aguaduchos , feliz refugio de la sociedad madrileña del momento.

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