Noche de macrobotellón: «Ya estamos vacunados. ¿Dónde está el problema, amargados?»
Más de 25.000 jóvenes se reúnen para beber en el mayor campus de la Complutense pese a la quinta ola de Covid
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Iniciar sesiónJóvenes trepando farolas, ‘jugando’ con conos de tráfico, bebiendo a morro y muchísima gente abarrotando una explanada junto a la facultad de Derecho de la Complutense. Este es un somero resumen de la lamentable postal que se vio la madrugada de ayer, durante 12 horas, ... en el campus madrileño de Ciudad Universitaria. Era la ‘inauguración’ del curso. La Policía Municipal cifró en 25.000 personas las allí congregadas , sin mantener la más mínima distancia de seguridad ni mascarillas. Tanto el Ayuntamiento de Madrid como la Delegación del Gobierno explican que el Rectorado de la UCM, la mayor universidad pública de España, les avisó muy tarde.
Según ha podido saber ABC, no fue hasta las 23.35 horas (la enorme reunión empezó en torno a las ocho de la tarde) cuando llegó el aviso de la autoridad del campus al gabinete telegráfico de Delegación del Gobierno. Y con copia a dos buzones de correo electrónico no operativos de la Policía Municipal, que es la encargada de controlar los botellones y las medidas antiCovid. Con estos mimbres, explica un mando del Cuerpo, era imposible actuar con tantísima gente allí amontonada . Las Unidades de Intervención Policial (UIP) del CNP (que solo pueden actuar en caso de altercados, que por suerte no se registraron) permanecieron en prevención hasta las 5.25 de la madrugada.
En casos de multitudes, los principios de actuacion policial de oportunidad, proporcionalidad y resultados son los que se valoran a la hora de decidir si actuar. Y meter a los agentes a dispersar un botellón de 25.000 personas era contraproducente, habida cuenta de la batalla campal que podría haberse provocado: «Era misión imposible».
La Policía Municipal, por ello, se queja a ABC de que «desde la Universidad en ningún momento se avisó ni se ofreció información previa». Para colmo, todo se convocó a través de WhatsApp, y no de redes sociales, por lo que la monitorización previa de los grupos era imposible. Es más, se reunieron jóvenes de distintas facultades, cada una con sus propias fiestas, además de gente de otras universidades madrileñas e incluso jóvenes que no son estudiantes de ningún grado.
El ambiente allí no era precisamente de preocupación por la terrible pandemia que persiste (más allá de que el consumo de alcohol en la vía pública está prohibido por una ley regional) . «Si ya estamos vacunados, ¿dónde está el problema? Si nos contagiamos y se lo pegamos a nuestros abuelos, también vacunados, es culpa de que las dosis no funcionan», decían, como si las inoculaciones evitaran el contagio . «Está comprobado que por debajo de los 30 años los efectos del virus son muy débiles» , argumentaban otros, que tachaban de «amargados» a quienes se quejan: «Pues que se queden en su casa viendo la tele y nos dejen en paz».
La Policía Municipal tiene un refuerzo de 200 agentes para el botellón. Pero también tuvieron que enviar refuerzos de Caballería, Unidad Canina, ‘antidisturbios’ y drones. Pastorearon a los jóvenes, que hasta las 7 no se fueron, tras abrir el transporte público. La semana próxima habrá otra fiesta en la Autónoma, que sí está ya comunicada.
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