Sucesos
La tía de la mujer tiroteada: «Su mayor droga es él»
Aunque su sobrina denunció a su compañero y estuvo en una casa de acogida, «mira donde está ahora, en su casa»
Esta familiar tiene la tutela de los dos hijos de la pareja para que no se hiciera cargo de ellos la Comunidad
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El motivo fue el disparo que David Fernández Oviedo, de 41 años, hizo con una escopeta de caza a su pareja, Esmeralda García Álvarez, de 46, en el domicilio familiar, situado en el número 27 de la citada calle. A las 10.52 horas, un vecino escuchó la detonación y avisó a Emergencias 112. Cuando llegaron los sanitarios la víctima en el portal. Tenía una herida de bala en la pierna izquierda a la altura del gemelo con orificio de entrada. Fue trasladada por el Summa hasta el Hospital 12 de Octubre con pronóstico reservado.
Trece órdenes de búsqueda cesadas
Mientras tanto, su marido se atrincheraba en el piso. Nervioso y, tal vez, ignorando las consecuencias de la agresión a la madre de sus dos hijos, de 12 y 16 años , decidió no abrir cuando se personaron los agentes. Quizá temía engrosar aún más su historial delictivo: tiene trece órdenes de búsqueda ya cesadas y otros trece antecedentes por delitos de amenazas, robo con fuerza, daños, contra la seguridad del tráfico y violencia de género. Por este último, tuvo una orden de alejamiento sobre la víctima que caducó en 2016. «Llevan toda la vida juntos con idas y venidas», aseguraban sus vecinos. «Antes del tiro, él bajó al chino y compró bebidas y tabaco», indicaron otros.
«Antes de la agresión él bajó al chino a comprar bebidas y tabaco»
Horas después, un negociador de la Policía Nacional se desplazó hasta el edificio. Desde el otro lado de la puerta trató de convencer a David de que se entregara. Con paciencia y buen hacer, logró su propósito hora y media después y se entregó al GEO. Casi tres horas después del disparo, a las 13.43, tapado por un jersey y rodeado de agentes, salía esposado.
«Él es muy violento y ahora bebe mucho»
«Mi sobrina es buenísima, pero se torció... Ninguno de los dos trabaja. Los malos tratos comenzaron hace mucho; él es muy violento y además, ahora, bebe mucho, pero da igual, siempre le disculpa , como una vez que casi la mata. Hoy, tras el disparo, me ha dicho que "el arma se disparó sola" . Su mayor droga es él; aunque le denunció, ahí está, en su casa», decía, atropellada, Francisca, la tía de Esmeralda, mirando hacia la casa, nerviosa. Ella consiguió la guarda y custodia de los hijos de la pareja, a los que cría, para que no se los llevaran los Servicios Sociales.
La víctima fue dada de alta poco después y se recupera en su casa.
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