Estreno bicolor para Correos
ANGEL DE ANTONIO Los jugadores del Atlético disfrutaron a lo grande en el Palacio de Cibeles
POR SARA MEDIALDEA
FOTOS: ÁNGEL DE ANTONIO
MADRID. Decididamente, lo de Assunçao no es la canción. Micrófono en mano, ante los centenares de aficionados que llenaron ayer la galería cubierta del Palacio de Correos, demostró que lo mejor que ha podido hacer es dedicarse al ... fútbol. Pero nada de eso importaba: los jugadores rojiblancos disfrutaron como niños, bajo la batuta del excelente showman que resultó ser su capitán, Antonio López, en la sede del Ayuntamiento de Madrid.
Allí les esperaban desde las cinco de la tarde multitud de aficionados, que se agolpaban en el «Salón de Villa», el patio acristalado del edificio de Correos que ayer se estrenó en un acto popular. Los seguidores -muchísimos de ellos niños- esperaron, cantaron, esperaron, botaron, esperaron, hasta que al final sus ídolos llegaron en autobús descubierto, y ya sólo se oyeron los gritos de ánimo al equipo que tantos disgustos les ha dado y que ayer les regalaba, como compensación, una enorme alegría y la esperanza de otra muy pronto.
Y es que ya lo dijo el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, en su discurso de bienvenida: «Cuando era presidente de la Comunidad, en 1996, recibí al entonces presidente del Atlético, Jesús Gil, que venía a ofrecer a los madrileños los trofeos del doblete que consiguieron ese año. Llevo 14 años esperando para repetir. Así que el próximo jueves, os espero aquí, después de que ganéis la Copa del Rey en Barcelona». El actual presidente, Enrique Cerezo, se apuntó rápido la cita.
En el patio, subidos a un escenario y muy cerca de sus seguidores, los jugadores cantaron, hicieron bromas - pidiendo la «bota de oro a Perea», el defensa rojiblanco-, recordaron a su compañero Ayuso, de baja por lesión, y animaron el cotarro con la misma sintonía que ya hizo famosa Reina, el portero de la selección nacional, tras ganar la Eurocopa en 2008: «¡Camarero, una de mero!». Y siguió con una de queso, una de huelva, una sandía, una cuchara ... para acabar con «una de champiñones: ¡champiñoooooones, champiñoooooones, oeoeoeeeeé!».
Hasta en los balcones
El equipo que «tiene fama de hacer sufrir a sus aficionados», como dijo Gallardón, disfrutó de su triunfo del miércoles en la copa de la UEFA porque «se puede perder por mala suerte, pero nadie gana sin ser el mejor».
Los seguidores, con hambre atrasada de triunfos, jaleaban entusiasmados cada vez que alguno de los jugadores alzaba la copa. Además de los que estaban en el Palacio de Correos, había gente en los balcones, y ocupando las aceras y la mediana de la calle de Alcalá, en la puerta del Ayuntamiento en que aparcó el autobús atlético, y donde volverán a ofrecer la Copa del Rey a los madrileños el próximo jueves. Si hay suerte.
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