Así es el núcleo duro de los candidatos al 4-M: en la trastienda de la campaña

Desayunan, comen -cuando pueden- y cenan -o pican algo- juntos a diario, discutiendo estrategias, comentando noticias, cruzándose datos o planteándose posibles enfoques. Viajan en el mismo coche y los ratos que no pueden hablar, se los pasan cruzándose ‘whatsapps’. Y eso que la pandemia se ha dejado sentir también a la hora de organizar la campaña: «Ya no hace falta convocar a la gente y estar una hora reunidos, tiramos mucho de ‘Whatsapp’ y de ‘Zoom’», reconoce Alfonso Serrano , jefe de campaña de Isabel Díaz Ayuso (PP).

A la candidata popular la asesoran, además de él, Miguel Ángel Rodríguez , su jefe de gabinete, y José Luis Carreras , su jefe de prensa. Los cuatro están continuamente en contacto, pero además la presidenta mantiene su grupo de ‘Whatsapp’ con sus siete consejeros, a los que asaetea con preguntas sobre todos los temas.

Cada mañana, bien temprano, empiezan desayunando con la lectura atenta de la prensa: noticias, digitales, emisoras de radio y de televisión. «Se ve si todo está listo o si hay que actualizar algún mensaje en función de la actualidad». Serrano asegura que Díaz Ayuso es «muy disciplinada» y «está continuamente pidiendo datos e información sobre todo», pero «tiene una personalidad muy fuerte y tiene muy claro el mensaje que quiere trasladar».

En el PSOE, Ángel Gabilondo tiene a su lado a la jefe de campaña designada por la dirección del partido, Mónica Carazo , y también a su fiel asesora, la diputada regional Isabel Aymerich , que vuelve a acompañarle en el número 21 de su lista electoral. Con ellos, explican en su equipo, colaboran a diario los primeros nombres de la candidatura.

La campaña socialista tiene una ventaja o un hándicap, según el punto de vista: el Gobierno de la nación se ha implicado a fondo en la batalla electoral de Madrid, lo que por un lado aúpa al cabeza de lista del PSOE, que se ve permanentemente arropado en sus actos públicos por ministros del Gobierno; pero por otro le hace sombra, sobre todo cuando es el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , quien entra en la liza. De ahí que el equipo de Gabilondo haga filigranas para extraer las ventajas de la situación intentando, a la vez, minimizar los inconvenientes.

Edmundo Bal (Ciudadanos) se rodea de un universo femenino en campaña. Tal vez por venir del único de los partidos que encabeza una mujer, Inés Arrimada, al candidato de la formación naranja le acompañan cada día de la campaña su jefa de prensa, Elsa Tadea , dos asesoras -Andrea Martínez y Pilar Real - y su fotógrafa - Eugenia Morago -. Todas ellas le siguen desde que fue elegido en las primarias del partido como candidato a la Asamblea de Madrid.

Bal tiene «tics» como escribir a mano los temas, o «cantárselos» a su familia mientras preparan la cena. En el desayuno le gusta tomar la Nocilla «a cucharadas», un gesto casi automático que le permite lograr el estado de concentración necesario para repasar materias. También los escucha por los auriculares mientras corre, a primera hora de la mañana, antes de acudir a la reunión con su equipo de mujeres.

La candidata de Más Madrid, Mónica García , tiene a su lado a su jefe de campaña y portavoz de su grupo en la Asamblea, Pablo Gómez Perpinyà . Junto a él, su jefa de gabinete, María José Benavente, y su responsable de comunicación, Luis Giménez . El equipo es algo más amplio: de los discursos se ocupan Miguel Monar y Pablo Padilla , y de las redes sociales, Ester Herrero .

Son un grupo joven y bien engrasado, muy atentos a las peticiones de los medios, y que han configurado un tipo de campaña muy dinámica, con multitud de actos en la calle -siempre muy vigilantes del cumplimiento de las normas Covid- y en contacto con los madrileños. Creen que puede ser su baza, dar a conocer a cuanta más gente mejor a su candidata, que es menos popular que otros pero que gana en las distancias cortas, porque es fácil en el trato y muy directa.

En Vox la candidata Rocío Monasterio se enfrenta a la que tal vez sea su campaña más dura. Perdido el efecto sorpresa que supuso en 2019, en su partido son conscientes de que parte de su electorado va a optar por el voto útil a Ayuso, cuyas políticas y cuyo desparpajo ideológico reciben muy bien en la formación de Monasterio. Tal vez por eso, a la candidata de Vox la arropa desde el minuto uno nada menos que su presidente nacional, Santiago Abascal , que ejerce como su director de campaña.

«Abascal está con ella siempre», sostienen en Vox. De hecho, suelen hacer juntos los mítines, aunque en ocasiones también la acompaña Macarena Olona, otro de los referentes del partido. Formando su equipo más cercano, y trabajando en el día a día con Monasterio, está su jefe de campaña y vicesecretario de comunicación de Vox Madrid, Santiago Ribas . En este sentido, la estructura nacional y la regional del partido están trabajando codo con codo en esta trascendental cita electoral.

Tras la sombra de Pablo Iglesias hay un equipo que le ayuda y asesora en el día a día. De él forman parte varias personas, pero tal vez las dos más cercanas y que están más directamente a su lado en esta campaña sean Isa Serra y Manu Levín . Dos personas relacionadas por vínculos de amistad, que ahora trabajan hombro con hombro con el candidato de Unidas Podemos.

La más joven de las hermanas Serra le aporta el conocimiento de Madrid. No en vano, ella ha sido diputada desde 2015 en la Asamblea de Madrid. Se conoce los pormenores de la política madrileña y los grandes números de la Comunidad y ahí le resulta de enorme utilidad al recién llegado candidato Iglesias. En cuanto a Manu Levín, es la cabeza pensante tras el número uno, el que le aporta ideas para mensajes y le ayuda con sus discursos. Hombre discreto y alejado siempre de los focos, lleva unos tres años al lado de Iglesias y es ahora uno de sus principales apoyos.