El arsenal de las bandas latinas: compras en las 'darkwebs', uso de testaferros y órdenes desde la cárcel
Usan pistolas manipuladas de ‘airsoft’ o fogueo, pagando a terceros para registrarlas, así como bolomachetes
Trinitarios, DDP y Latin Kings, así como agentes, narran a ABC cómo se financian con narcopisos y robos
En las entrañas de las bandas latinas: «Pagué miles de euros para poder dejar a los Trinitarios»
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Iniciar sesiónLa pregunta es bien sencilla, pero nada fácil de responder: ¿Cómo es posible que niños de 14 años se paseen por Madrid con pistolas, escopetas recortadas y bolomachetes de 60 centímetros de hoja? Armas prohibidas, como mínimo, y para las que en determinados casos es ... necesario tener licencia. Policías y guardias civiles de los Servicios de Información dedicados a la lucha contra las bandas latinas, pero también diversos expandilleros, narran a este periódico el submundo del tráfico de estas herramientas de la muerte, que han vuelto a dejar un reguero de sangre el pasado fin de semana.
Es un auge no tanto del número de miembros de estos grupos juveniles (los principales, catalogados por la Justicia como organizaciones criminales); pero sí de su nivel de agresividad: «Tratan de remontar, de volver a generar una estructura, con nuevas incorporaciones, tras el parón del confinamiento y la pandemia» , indican expertos policiales. Solo en Madrid capital, la Policía Municipal levantó 815 actas por tenencia de armas en 2021.
Nuestras fuentes precisan que esta cifra no es solo relativa a pandilleros; pero sí que buena parte corresponden a ellos y que, llamativamente, la amplia mayoría de estos casos se dan en el distrito de Centro.«España no es un país especialmente peligroso en este sentido, pero hay que destacar que en las ‘darkwebs’ [páginas oscuras u ocultas, a las que solo pueden acceder ciertas personas] se encuentra todo lo relativo a drogas, armas, prostitución, sicariato, secuestros…», explica un mando dedicado a la lucha contra el crimen organizado.
Fuentes de la Guardia Civil apuntalan esta tesis: «En la mayoría de las investigaciones sobre bandas latinas, hallamos armas de fuego, generalmente manipuladas, las llamadas ‘chilenas’. Pero, sobre todo, blancas; las más representativas son del tipo de bolomachetes [en el caso del sábado en la calle de Atocha, portaban uno de 60 centímetros de hoja, utilizados para cortar ramas]. Sin embargo, existen esas pistolas o incluso escopetas recortadas, que, normalmente, adquieren en el mercado negro: desde en países de la Europa del Este a otras que proceden del robo en armerías . Las compran en las ‘darkwebs’ y son relativamente fáciles de manipular».
Recortadas que revientan
Un miembro de los Trinitarios corrobora a ABC: «Se pueden comprar pistolas de ‘airsoft’ y prepararlas para que disparen un máximo de dos veces, porque una tercera lleva el peligro de que te estalle en la mano». Algo que ocurrió en un piso okupa, sede de los Dominican Don’t Play (DDP) en la avenida de Abrantes (Carabanchel), donde un pandillero mató a su hermano cuando preparaba una escopeta recortada. Otras veces, las órdenes vienen desde el extranjero u otro punto de España. Y se siguen indicaciones de líderes encarcelados sobre con quién contactar para conseguir un buen arma para un asesinato de ‘encargo’.
« Las ‘chilenas’ es verdad que las elaboran ellos mismos o utilizan a ‘embajadores’ , que es como se llama en el argot a personas que saben hacerlo. Se financian con la venta de droga, los narcopisos, y los robos», añade un experto.
Hasta 2017, lo tenían más fácil: acudían a una armería y adquirían una pistola de fogueo sin apenas dificultad . Pero, desde entonces, cuando se cambió la legislación, se necesita un DNI, ser mayor de edad y (aunque no siempre se cumple) hay que llevar un registro. «Pero lo que se hace es pagar a alguien, un tercero, para que sea quien la compre presentando su carné de identidad», añade otro delincuente arrepentido. « El problema son los bolomachetes, que cuestan unos 40 o 50 euro s, aunque en una cuchillería puedes conseguir algunos por 12 y 13 euros, y ahí sí que no existen libros de registro», indica otro agente.
Un veterano de los Latin Kings especifica: «En Nueva Numancia, en el año 2007 o 2008, tuvimos una reyerta a la salida del Metro. Llevábamos cuchillos de más de 50 centímetros de hoja, armas de fuego ‘manchadas’ [usadas previamente en un asesinato]... Las buscábamos por internet. Esa noche hubo muchos heridos, incluido un chico que quedó parapléjico. En otra ‘caída’, murió un chico de 15 años. Intentábamos rematarlos con patadas en la cabeza y en el pecho», explica, ya fuera de la banda.
Un caso paradigmático es el de David Bárcena, el DDP mayor de edad de los cuatro que, presuntamente, actuaron en el crimen del rapero Isaac López Triano, a mediados de julio pasado, en el túnel de la calle del Comercio, en Pacífico.
Según obra en el atestado policial, al que ha tenido acceso ABC, dos meses antes ya fue identificado por la Policía cuando regresaba de comprar en una armería de la Ribera de Curtidores, en el Rastro. Se había dejado el DNI en el comercio y el dueño avisó a los agentes: le requisaron un cuchillo de 19 centímetros (10 de ellos, de hoja), dos bolomachetes de 45 centímetros y una barra de hierro de 70. Un mes después del asesinato, la Policía Científica y Homicidios hallaron dos navajas mariposa entre setos, de las que una contenía 42 fibras de ropa de Isaac.
Menores y mujeres
Luego están los papeles que juegan las mujeres y los menores del grupo: «A las novias de los jefes ni siquiera las miramos. Son intocables. Suelen encargarse de custodiar las armas, sobre todo en una ‘caída’, porque sabemos que cuando llegue la Policía solo las pueden cachear agentes femeninas. Y, mientras estas llegan, las esconden: si no hay armas, no se nos puede señalar como autores». También afilan las hebillas de cinturones para «abrir cabezas» , añade otro Trinitario.
«Y los menores de edad, sobre todo si son inimputables (inferiores a 14 años), sirven para esconder pistolas después de un crimen», añade un policía. Una de las primeras ocasiones en que se vio fue en el asesinato de un adolescente en el bulevar de Vallecas: se identificó a niños de 12 años [no se les puede detener a esa edad] que se encargaron de esconder las armas debajo de los coches».
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