Almeida aspira a lograr «lo mismo que Ayuso el 4-M» e «integrar personas de Cs y Vox» en 2023

Así, casi en el tiempo de descuento, nació el primer gobierno de coalición de la capital en 30 años; un equipo que tras dos años convulsos en los que ha cambiado de forma radical todo el contexto político, todavía reivindica su «buena sintonía». En ese difícil equilibrio de fuerzas han tenido que remar juntos para superar los estragos de la pandemia y el golpe de Filomena, así como bregar con las réplicas de la moción de censura de Murcia; un torpe movimiento político abanderado por PSOE y Cs que, aunque se originó en la otra punta de España, rompió el tablero político en la Comunidad de Madrid y provocó un adelanto electoral que ha aupado a Isabel Díaz Ayuso y ha borrado del mapa a la formación naranja en la Asamblea de Vallecas.

Una senda por la que, de cara a 2023, Martínez-Almeida pretende continuar: « Aspiro a conseguir lo mismo que Ayuso el 4-M, a unificar el espacio electoral del centro derecha», dijo en un desayuno informativo organizado Nueva Economía Fórum en el Hotel Ritz, poco antes de reconocer que pretende «integrar personas de Cs y Vox» en su futuro e hipotético gobierno.

«Tengo el triste honor de haber sacado el peor resultado del PP en 30 años en el Ayuntamiento, y tengo la sana ambición de convencer a los madrileños para mejorar el resultado. Hay que entenderlo en clave electoral», matizó después el regidor, ya en Madrid Río en un acto en el que participaron todos los concejales de la coalición. Allí, frente a Villacís, el regidor quiso subrayar que el Gobierno municipal «es estable», por lo que no pondrá «en riesgo» su continuidad por motivos partidistas. «Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. De aquí a 2023 que no cuenten con el alcalde para esto», zanjó tras destacar su «agradecimiento» a Villacís.

«Teníamos claro que éramos dos partidos, pero somos un solo Gobierno», incidió. Lo cierto es que mientras todo se tambaleaba a finales del pasado marzo, la líder de Cs en la capital juró y perjuró lealtad al pacto suscrito hace ahora dos años. Para la vicealcaldesa, junto a la maternidad, asumir este cargo en el Ayuntamiento ha sido «el trabajo que más orgullo» le ha hecho sentir. También destacó la satisfacción de suscribir por unanimidad los Acuerdos de la Villa. El paso de tanto PP como de Cs por la oposición, afirmó, fue una cura de humildad «clave para materializar» el año pasado las 352 medidas consensuadas por todos los grupos ideológicos.

«Es algo de lo que nos podemos sentir orgullosos, 352 medidas por unanimidad que dibujan el mejor futuro de la ciudad de Madrid», puso también en valor el primer edil popular, que se congratuló de la «altura de miras» y la «generosidad» de la oposición para llegar a ese gran pacto por la recuperación que, sin embargo, no se logró a nivel nacional. Superado lo peor de la crisis, Martínez-Almeida defendió que Madrid está ya «en la rampa de lanzamiento» para «hacer valer su peso» y dar «un salto cualitativo para competir en el ámbito internacional en un entorno donde las ciudades van a tener cada vez mayor protagonismo».

La oposición, no obstante, pasado casi un año de aquel momento histórico, no lo ve de la misma manera. El portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Pepu Hernández, censuró al alcalde por hacer muchas declaraciones y «poca gestión». El líder socialista incidió en que el acuerdo se suscribió no para «repetirlo constantemente en las declaraciones», sino para que sus distintos puntos sean «efectivos» y se lleven a la práctica.

Por su parte, la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, criticó que «su principal política ha sido deshacer lo que se había hecho en años anteriores, desde Madrid Central a políticas de igualdad o políticas contra la contaminación». «Es un gobierno que deshace más que hace y son dos años perdidos para la modernización», lamentó.

[Guía para entender el nuevo Madrid Central]

No obstante, fue el Tribunal Supremo quien tumbó el pasado mayo los artículos de la ordenanza de Movilidad que hacen mención a la medida estrella de Carmena, por lo que el Ayuntamiento tendrá que aprobar antes de agosto una nueva normativa que corrija los fallos detectados para que no se invaliden las multas . Esta nueva brecha abrirá, previsiblemente, una brecha con Vox, que insiste en revertir totalmente el área de bajas emisiones.