«¿Cuánto está dispuesto a pagarnos?». Con esta frase, una propietaria comienza la negociación para empadronar a un desconocido en su vivienda. Se trata de un tipo de fraude, el de los falsos empadronamientos, que ha existido siempre, pero que ahora, con plataformas ... como Wallapop, está teniendo mayor alcance.
Un propietario ofrece su vivienda para empadronar a otra persona a cambio de una suma de dinero. Las cantidades suelen ir entre 100 y 150 euros, pero hay quien llega a pedir 3.000. Sin padrón, las personas migrantes no pueden realizar ningún otro trámite, así que aceptan, aunque el proceso legal siempre es gratuito en las oficinas.
En ABC, investigamos cómo funciona el fraude del empadronamiento.
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