Israel prohíbe que el consulado español en Jerusalén preste servicio a los palestinos

«He decidido cortar la conexión entre la representación de España en Israel y los palestinos, y prohibir que el consulado español en Jerusalén preste servicios a los palestinos de Cisjordania», afirma el comunicado de Katz en X (antiguo Twitter) y añade: «Si esta persona ignorante y llena de odio quiere entender lo que realmente busca el islam radical, debería estudiar los 700 años de dominio islámico en Al-Andalus, la España actual». No concreta si esta última frase va dirigida a Pedro Sánchez o Yolanda Díaz.

Tras el reconocimiento del Estado Palestino, que se hará efectivo el próximo martes en el Congreso, Israel llamó a consultas a su embajador en España —también a los de Irlanda y Noruega, al seguir ambos países los mismos pasos— y advertía: «Tendrá graves consecuencias». Hoy, la crisis diplomática que viven en España e Israel se agrava, con la decisión de limitar la actividad del consulado español en la capital israelita.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha asegurado que van a analizar «qué quiere decir ese tuit y las consecuencias que tiene» y analizarán también «qué quiere decir que desde el consulado no van a poder prestar servicio». Albares ha recordado que «estamos hablando de unos territorios ocupados y reconocidos así por la ONU».

El ministro ha asegurado que España «ha tomado una decisión importante y realmente histórica, que va a permitir que la paz vuelva a Oriente Medio», que es «lo más importante». De ahí que haya pedido «unir fuerzas» hasta el día 28 —cuando España reconocerá el Estado de Palestina— para que «nada lo enturbie».

Sobre las declaraciones de Yolanda Díaz, que han originado esta decisión de Israel, Albares ha sido contundente al afirmar que «en el Gobierno de España no hay antisemitas»: «El Gobierno de España no acepta ningún discurso de odio». Y, en este sentido, ha lanzado un mensaje a la vicepresidenta cuando ha dicho que «las actitudes antisemitas no solo no tienen cabida» en este Gobierno y en España «sino que las combatimos».

Albares ha vuelto a utilizar la frase que ya se le ha escuchado en otras ocasiones en las que Yolanda Díaz ha opinado en nombre del Gobierno sobre asuntos internacionales, la mayoría relacionados con Palestina: «La política exterior en España la marca el presidente del Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores».

En el caso de que Israel no deje operar al Consulado de España en Jerusalén, Albares ha dicho que, «si es así», protestarán. El ministro se ha mostrado prudente sobre las posibles medidas que podría adoptar el Gobierno, que pueden ir «desde una nota formal a una llamada a consultas». Esta última medida se descarta porque en un momento como el actual, con el conflicto que existe, es importante tener interlocución directa entre gobiernos. «El objetivo es que desde el consulado en Jerusalén se siga ayudando a los palestinos. Nadie nos va a atemorizar a la hora de pedir el alto el fuego y nadie nos va a impedir que la ayuda humanitaria llegue a Gaza», ha expresado Albares.

«Es importante que todos hagamos un esfuerzo para que de aquí al 28 nada enturbie la decisión que ha tomado España de reconocer el Estado de Palestina», ha explicado Albares. «Se tiene que hablar del reconocimiento y la catástrofe humanitaria en Gaza», ha añadido.

Las delegaciones consulares, a diferencia de las Embajadas, que sirven de nexo entre las autoridades políticas de ambos países, prestan servicios a los ciudadanos nacionales desplazados en el extranjero. Específicamente, el afectado por la restricción cubre no sólo Jerusalén, sino también la Franja de Gaza, donde se está desarrollando el grueso de la guerra con Hamás, y Cisjordania, territorio donde recae la prohibición.

Esta última zona es uno de los focos principales del conflicto político palestino-israelí. A grandes rasgos, está dividida en tres zonas. Una en la que la Autoridad Palestina tienen el dominio (A), otra en la que existe un control militar compartido (B) y una tercera (C) en la que este es exclusivo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Además, organizaciones supranacionales, como Naciones Unidas, humanitarias y de representación de la causa palestina la han puesto en el centro del debate a cuenta de la actividad de los colonos israelíes.

En ese complejo contexto, el consulado español realiza labores de asistencia a los españoles que se encuentran en su jurisdicción. También de representación diplomática ante la Autoridad Palestina. Como explica su propia página web, tanto en lo tocante a documentación (pasaportes, libros de familia y otros) como en materia notarial (poderes, testamentaría), de registro civil (inscripción de matrimonios, nacimientos y defunciones) y de asistencia propiamente dicha (ayudas en determinados casos).

Se trata de uno de los «consulados históricos» de Jerusalén, una ciudad que es el nexo de las tres religiones monoteístas. Por eso mismo también se ocupa de la Obra Pía en Tierra Santa, institución pública dependiente de Exteriores que se encarga de preservar la presencia española en los lugares sagrados.