Barajas opera cerca del 80% de los vuelos programados

La normalidad preside la jornada de huelga en el aeropuerto madrileño, sólo interrumpida por una veintena de piquetes

LUIS M. ONTOSO

Calma, casi absoluta, en el aeropuerto de Barajas. El que se preveía como uno de los epicentros de la presión de los piquetes apenas registró incidentes. Sólo los restos de octavillas sobre el suelo de las terminales 1 y 2 servían como testimonio del paso ... de menos de una veintena de sindicalistas de la Confederación General del Trabajo (CGT), que al grito de «esquiroles» habían tratado de intimidar a los trabajadores del aeropuerto más madrugadores.

Poco después, la normalidad se adueñó del aeropuerto. Las compañías aéreas han logrado sobrepasar ampliamente los servicios mínimos sin visible oposición de los trabajadores. En Barajas, hasta las 14.00, se han operado un 77,8% de los vuelos previstos (200 de los 257 programados), una cifra muy superior a la que fijaron Fomento y las organizaciones sindicales (88 vuelos). En la red de aeropuertos españoles, esta relación ha sido un poco más baja, del 64,6% (1045 vuelos efectuados, frente a los 1616 programados). Por otra parte, casi ninguno de los vuelos nacionales registraba demoras.

Escasa incidencia

«Nosotros no queremos problemas; venimos a informar», destacaba José, uno de los miembros del piquete que irrumpió a primera hora de la mañana. Conscientes de su debilidad numérica, ironizaban sobre la ausencia de las organizaciones convocantes, CC.OO. Y UGT, durante la madrugada. «¿Dónde están? Eso me pregunto yo. Debe de ser aún muy pronto. Luego vendrán más».

En efecto, dieron las ocho y comenzó la franja de mayor actividad: llegaron los primeros viajeros y las dependencias de las aerolíneas y de Aena se animaron con un soplo de actividad. Pero esos refuerzos nunca llegaron y el griterío de los piquetes se apagó con el paso de las horas.

Las zonas de facturación desérticas, los puestos de atención al cliente sin personal, los aparcamientos casi vacíos y una tímida hilera de taxis que fue cobrando confianza y extendiéndose con el transcurso del día reflejaban la escasa afluencia de pasajeros.

La excepción se encontraba en el puesto de atención al cliente de Iberia en la T4 y el mostrador de Ryanair de la terminal 1, donde hacían cola los clientes afectados por la suspensión de los vuelos domésticos e internacionales.

«Nos hemos visto obligados a tomar esta decisión con motivo de la huelga», explicaba a ABC Luis Fernández «manager» de Ryanair para España, Portugal y Marruecos. La «low cost» irlandesa anunció ayer que paralizaba todos sus vuelos nacionales y la mayoría de los internacionales con origen o destino a España «ante la incapacidad del Gobierno Español de garantizar unos servicios mínimos que permitan la normalidad» del servicio ofrecido por las aerolíneas no españolas.

«Se envió a los clientes un correo electrónico con antelación y trataremos de solventarlo colocándolos en otros vuelos», señaló Ferández, algo con lo que no todos los viajeros en Barajas estaban de acuerdo, que aseguraron haberse enterado de la cancelación cuando se hallaban en el aeropuerto.

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