El Gobierno pide verificar el resultado de las elecciones en Venezuela y el PP cree que no responde «a lo que votó el pueblo»

«La voluntad democrática del pueblo de Venezuela debe ser respetada con la presentación de las actas de todas las mesas electorales para garantizar resultados plenamente verificables. Pedimos que se mantengan la calma y el civismo con los que transcurrió la jornada electoral», ha señalado el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, en su cuenta de X (antes Twitter).

Por su parte, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado en esa misma red social que «hay fundadas razones para pensar que el resultado anunciado por el régimen no responde a lo que votó el pueblo». Así, ha demandado una auditoría del proceso, la entrega de las actas electorales y la aceptación del resultado. «Defendamos la democracia», ha pronunciado el presidente del PP, después de una jornada electoral que transcurrió «en paz» y «a favor de una transición a la libertad».

El líder de Vox, Santiago Abascal, ha responsabilizado al PSOE y al Gobierno de «los delitos que ejecute la narco dictadura contra el pueblo venezolano», en clara referencia a la presencia en el país de José Luis Rodríguez Zapatero al frente de la delegación de observadores internacionales amparados por el régimen. Con todo, y pese a la autoproclamada victoria de Maduro, Abascal ha insistido en que la «rotunda e incuestionable» victoria de la oposición. «Se abre una nueva era en Venezuela. Ni el más colosal fraude del régimen corrupto y asesino puede tapar el enorme éxito cosechado por María Corina y Edmundo González», ha proclamado también en X.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez rompe su silencio. Albares es el primer miembro del Consejo de Ministros español que se pronuncia sobre los resultados de las elecciones presidenciales en Venezuela, muy cuestionado y señalado como fraudulento por distintos gobiernos, especialmente al otro lado del Atlántico. Mientras que los socios del Gobierno, con Sumar al frente, han evitado pronunciarse al respecto, incluso varias horas después de la anunciada victoria de chavismo.

Quien sí evidenciado su postura ha sido Podemos; en este caso, para mostrar su apoyo al régimen de Nicolás Maduro. «El pueblo venezolano ha votado democráticamente y ha elegido a Nicolás Maduro como Presidente», han señalado en X. La ahora eurodiputada y exministra de Igualdad, Irene Montero, ha exhortado a la comunidad internacional y a los observadores a que garanticen el «respeto a resultados por todas las partes dentro y fuera del país». «La derecha debe entender que la democracia se respeta también cuando pierde», ha manifestado en redes sociales.

Desde la Fundación FAES, presidida por José María Aznar, han criticado el «triste privilegio» de la izquierda española el erigirse, según creen, «en único avalista internacional de la dictadura chavista», en contra de lo que han hecho los gobiernos de Chile y Brasil, principales representantes de la izquierda latinoamericana. «Un Monedero muy activo en la campaña de Maduro y un expresidente del Gobierno erigido en interlocutor privilegiado han brillado de nuevo como paladines de una autocracia empobrecedora y sangrienta», ha afeado la fundación en un comunicado.

Así, el expresidente Aznar, a través de su fundación, ha salido al paso de los declaraciones «de cierta izquierda española incrustada en el Gobierno», que ha mostrado sin pudor su «vergonzosa la complicidad» –en opinión de FAES– con el régimen de Maduro. «Un PSOE abducido por sus socios populistas es incapaz de contribuir a articular la respuesta que ahora es perentoria y que España debería liderar en el ámbito internacional», prosigue el comunicado.

El expresidente del Gobierno Felipe González también se ha pronunciado respecto al resultado electoral de las elecciones celebradas en Venezuela, dudando sobre los resultados: «No es creíble que los resultados anunciados reflejen la voluntad del pueblo venezolano expresada ayer en las urnas». Ha dado un paso más al exigir que se asegure «la validez del proceso electoral, incluyendo el conteo detallado de los votos y la entrega de todas y cada una de las actas de votación de las mesas electorales a los testigos de la oposición».

«Una vez comprobadas las actas una por una», ha continuado explicando, «hay que verificar y contrastar los resultados con la información obtenida de los procesos automatizados». Por último, ha concluido recordando que «solo con la realización de estos procesos será posible garantizar unos resultados verificables y que se respete la voluntad democrática de los ciudadanos de Venezuela».

Por su parte, el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Josep Borrel, ha exigido, mediante su cuenta de X, el «conteo detallado de los votos y el acceso a las actas de votación de mesas electorales».

Estados Unidos, por medio de su secretario de Estado, Antony Blinken, mostró sus dudas de que los resultados reflejen «la voluntad o los votos del pueblo venezolano», como señaló durante un viaje oficial a Japón. «Ahora que concluyó la votación, es de vital importancia que cada voto sea contado de forma justa y transparente», afirmó en un comunicado en el que pidió la publicación del «recuento detallado de votos (actas)».

En Iberoamérica, uno de los primeros mandatarios en pronunciarse fue el izquierdista Gabriel Boric, presidente de Chile, quien evitó reconocer los resultados, a su juicio «difíciles de creer», de las elecciones venezolanas. «El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados», señaló.