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Maduro expulsa a la delegación del PP invitada por la oposición y sí deja entrar a Zapatero

El Ministerio de Exteriores señala al Gobierno de Maduro en la decisión de expulsar a los populares, que han llegado esta mañana a Madrid

Miguel Tellado, tras no poder entrar en Venezuela: «Es inadmisible que Zapatero sea cómplice de este atropello democrático»

La delegación del PP en el aeropuerto de Caracas ABC
Emilio V. Escudero

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La delegación del Partido Popular desplazada a Venezuela para apoyar a la oposición en las elecciones del próximo domingo ha regresado a primera hora de este sábado a Madrid tras ser retenida a su llegada al aeropuerto de Caracas al entender el Gobierno de Nicolás Maduro que no contaba con los permisos necesarios para entrar en el país. Los parlamentarios españoles, invitados por el grupo liderado por María Corina Machado, fueron interrogados a su llegada y poco después se les comunicó que serían deportados, un extremo que fuentes del ministerio de Exteriores señalaban anoche que ya conocían los populares antes de emprender el viaje.

«El régimen dictatorial e infame de Nicolás Maduro ha decidido expulsarnos del país y no permitirnos la entrada con argumentos absurdos y espúreos», afirmaba, ya de nuevo en la cabina del avión, la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, que confirmaba la deportación que fuentes del PP habían anunciado minutos antes. Tras aterrizar a las nueve de la noche –hora peninsular–, con casi diez horas de vuelo en el cuerpo, la comitiva del PP no pudo acceder al país después de que los servicios secretos la retuviera durante aproximadamente una hora. Sin acceso a los dispositivos móviles, fue tras acabar ese interrogatorio cuando uno de ellos pudo enviar el primer mensaje a Madrid: «Nos echan».

Se hacían realidad los peores presagios. Porque ese fue el momento en el que se enteraron oficialmente de que no podían entrar en el país, aunque en realidad venían rumiándolo desde horas antes. Había sido Esteban González Pons, vicesecretario de Institucional del PP y actual vicepresidente del Parlamento Europeo, el que había lanzado la primera advertencia poco antes de salir de Barajas. «Al llegar al aeropuerto de Caracas, si somos detenidos o expulsados, reclamaremos la presencia del jefe de observadores de Maduro, José Luis Rodríguez Zapatero. Ya está avisado para que sea él mismo quién nos explique la situación y si está del lado de la pluralidad y la democracia», señalaba. Un mensaje tras el que se escondían temores fundados, pues eran varias las voces que les advertían de la posibilidad de que al llegar fueran interrogados por el servicio secreto venezolano antes de ser deportados.

Fuentes del ministerio de Exteriores informaron tras hacerse oficial la deportación que «tanto el Senado como el Grupo Parlamentario Popular» habían sido informados «de la inadmisión por parte de Venezuela» de la solicitud de «acudir como misión de observación electoral». «Todos los grupos políticos excepto el PP decidieron no realizar el viaje por esta razón», señalaron estas fuentes.

Un expresidente de piedra

En ausencia del embajador, fue el cónsul general el que asistió a los parlamentarios españoles mientras estuvieron retenidos en el aeropuerto, donde también estuvo presente José Luis Rodríguez Zapatero, el jefe de los observadores del régimen chavista, tal y como había pedido González Pons. Fuentes del PP informaron a ABC de que, a pesar de los requerimientos de los parlamentarios para hablar con él, el expresidente no quiso asistirlos.

La comisión del PP estaba formada, por los eurodiputados Sebastiao Bugalho y Juan Salafranca –además del mencionado Pons–; por Miguel Tellado, portavoz en el Congreso y las diputadas Macarena Montesinos, Belén Hoyo y Cayetana Álvarez de Toledo; y por los senadores Juanjo Matarí y Alfonso Serrano, quien es también secretario general del PP madrileño.

«El tirano Maduro se ha comportado como lo que es y nos ha impedido la entrada a Venezuela, pese a estar invitados por la candidatura de Edmundo González y María Corina Machado. Este portazo es una rotunda declaración de intenciones. El chavismo no quiere testigos. No quiere que la comunidad internacional tenga ojos y oídos en Venezuela y por eso han impedido la entrada a delegaciones de distintos países. Lo que está sucediendo es la demostración de la desesperación del chavismo ante un mayoría que apuesta por el cambio. No permitir a representantes públicos observar el desarrollo de unas elecciones es anunciar anticipadamente la intención de manipularlas», señalaba Miguel Tellado tras haber recuperado su teléfono móvil.

Por su parte, Alberto Núñez Feijóo pudo conversar con algunos de ellos y mandarles un mensaje de ánimo para los venezolanos. «Los demócratas valoran que estemos a su lado, pese a las amenazas, para desnudar la tiranía de Maduro ante el mundo. Es el régimen el que tiene miedo, saben que el espíritu democrático del pueblo venezolano es imparable», apuntó el gallego.

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