Lo del PSdeG es, sin duda, una dulce derrota, porque retrocede respecto a 2019, con la ola a favor de Pedro Sánchez, pero apenas un punto y medio en porcentaje de voto, que se traduce en tres escaños menos. Sin embargo, en votos, son prácticamente los mismos que los obtenidos en las anteriores generales: 465.000. Serán siete sus diputados en el Congreso, mostrando además una recuperada resiliencia en la provincia de Pontevedra, donde consigue un empate en escaños, aunque no en votos. El PSOE gallego consigue, además, consolidarse como segunda fuerza de la Comunidad, con 300.000 votos más que el BNG y algo menos sobre Sumar. Logra dos diputados por La Coruña, tres en Pontevedra y uno en Lugo y Pontevedra.
El mantra más repetido por el BNG a lo largo de esta campaña era el de conseguir un «grupo gallego fuerte» en Madrid, con el que poder ser decisivos y no repetir la intrascendencia en que cayó su único representante, Néstor Rego, durante la legislatura que acaba de concluir. Pero no va a ser así. El resultado para los nacionalistas es agridulce, porque las expectativas eran lograr un representante por provincia y, en el mejor de los escenarios, un segundo en la provincia de La Coruña. Nada de eso. Se estancan en su único escaño, que sin embargo puede resultar decisivo para conformar una nueva 'mayoría Frankenstein'. Este 23J confirma que al BNG no se le dan bien las elecciones generales, tradicionalmente más polarizadas hacia los dos grandes partidos estatales, a pesar de que son la segunda fuerza en el Parlamento autonómico y llevan meses presentándose como la alternativa al PP en la Xunta. Si en las autonómicas de 2020 alcanzó los 311.000 votos, este 23J se queda en menos de la mitad, 147.000, que son incluso 20.000 más que en 2019, pero resultan estériles.
El estancamiento del BNG lo aprovecha Sumar, que mantiene los dos escaños que obtuvo hace cuatro años. La formación de Yolanda Díaz alcanza los 165.000 votos -en el entorno de los 188.000 obtenidos en las anteriores generales- y le sirven para reeditar sus representantes por las provincias de La Coruña y Pontevedra. Son cien mil papeletas más que en las últimas elecciones gallegas, donde no consiguieron entrar en el Pazo do Hórreo.
Vox vuelve a tropezar en la dura roca gallega. Cero representantes en las Cortes Generales, al igual que hace cuatro años, y de la misma manera que en las autonómicas de hace tres años. Su falta de estructura en la Comunidad y de referentes reconocidos en la política autonómica sigue pasando factura. Pierde un tercio de sus apoyos de hace cuatro años, pasando de 116.000 a 72.000 papeletas.
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