Pontón admite que habrá «ajustes» y el BNG tendrá que compartir su escaño en Bruselas con ERC

«Es evidente que va a haber ajustes», reconoció la líder frentista, al ser preguntada por las palabras de la víspera de Diana Riba, cabeza de cartel de Esquerra; quien ya avisaba de que Tomás Molina -hombre del tiempo de TV3, el canal autonómico-, número cuatro de la lista de la coalición Ahora Repúblicas, «será eurodiputado» antes de acabar el mandato. El BNG, lógicamente, ha preferido poner el acento en que se sentarían en la Eurocámara desde el primer día, gracias a que esta vez Miranda concurría como número tres.

Pero como ha sucedido previamente con esta coalición de fuerzas independentistas, son los distintos pesos los que determinan el disfrute del escaño. Miranda ya sabe lo que es ser asesora de Pernando Barrena (Bildu) y viceversa. Pontón prefirió destacar el «resultado histórico» de contar con escaño por primera vez desde la época de Camilo Nogueira (1999-2004). Soslayando el carácter rotatorio (60/40, según ERC). Trató de poner en primer plano que tienen la «garantía» de que Miranda «va a estar cinco años en Europa». Hasta marcó terreno afirmando: «Somos la fuerza que sube en la coalición». Lo que ocurre es que el disfrute del escaño no depende de subir o bajar. Sino del porcentaje de votos.

A quien menos parecía importarle era a la principal interesada. Afónica y todavía eufórica, Miranda compareció antes que Pontón, sin papeles, para trasladar su alegría e insistir en que había sido una campaña «muy larga» y cansada. Y que este martes ya toca coger un avión rumbo a Bruselas. Parecía ser su principal preocupación enseñar una camiseta con su efigie, cosa que hizo, deteniendo un par de minutos la rueda de prensa que siguió a la reunión de la Executiva Nacional del Bloque, en un hotel de Santiago.

En la cúpula del BNG se respiraba una satisfacción moderada. Pontón dijo que llegó el «momento» de que Pedro Sánchez se centré en gobernar, y que le apretarán para que cumpla su pacto de investidura. Y minimizó su tercera posición por detrás del PSOE, porque las circunstancias eran «muy diferentes».

Desde La Coruña, el beneficiario de este sorpasso de ida y vuelta, José Ramón Gómez Besteiro, se mostró más cómodo en la lectura nacional. El PP, afirmó, pinchó doblemente: su intento de «plebiscito» a Sánchez fue un «objetivo perdido y fallido», porque -repitió argumentario de la víspera- se había producido «casi» un «empate técnico»; y, en lugar de «frenar a la ultraderecha», «aumenta sus expectativas». Solo el PSOE tiene la «fortaleza» para pararlos, presumió.

Al margen de la inevitable mención al «fango», el secretario general del PSdeG cimentó que «dentro» del PP «empiezan a cuestionar si la alternativa» a Sánchez «es Feijóo». Y aunque renegó de las «extrapolaciones», como la prensa le pidió análisis en clave gallega, el lucense, llamado a reflotar a los suyos, valoró que el 9J marca una «línea de expectativa positiva».