galicia

Un niño se queda ciego de un ojo después de que un compañero de clase le lanzase una escuadra

le atravesó el párpado

Los hechos ocurrieron hace seis meses en un colegio de Oleiros (La Coruña), durante el recreo en una de las aulas

«¿Cómo puede un niño de tres años disparar a otro de un año?»: la aterradora rutina de contar tiroteos en EE.UU.

Exterior del centro en el que ocurrieron los hechos, el pasado noviembre IAGO LÓPEZ

Hace seis meses que un alumno del colegio Valle Inclán de Oleiros (La Coruña) perdió la vista de un ojo después de que un compañero lo alcanzase con una escuadra, que le impactó en el globo ocular y le generó unos datos irreparables. El ... accidente se produjo en la hora del recreo, cuando varios estudiantes, denunció la familia del afectado, se divertían lanzándose objetos dentro del aula. Tal y como confirmaron desde el centro escolar, ese día estaba lloviendo y los alumnos se quedaron en clase, vigilados por varios docentes que se repartieron las distintas aulas. En una entrevista al diario La Voz de Galicia, los padres del niño herido denuncian que no había ningún profesor en el aula y no asumen la explicación del colegio, que se limitó a comentarles que «la escuadra se le resbaló de la mano» al estudiante que acabó cegando al menor.

La realidad, manifiestan los padres apoyados en la versión de su hijo y de otros alumnos que en ese momento estaban también en el aula, es que varios menores estaban lanzando escuadras y cartabones y que uno de estos objetos impactó con el rostro del alumno herido, que estaba apoyado en un radiador a unos 6 metros de distancia. Prueba de la velocidad con la que se lanzó la escuadra es que fue capaz de atravesarle el párpado. Desde entonces, la familia vive abocada a un viacrucis sanitario que los llevó a someter al pequeño a varias cirugías en un hospital barcelonés para evitar la pérdida del globo ocular, y a continuas revisiones que han pasado factura a la salud mental de sus progenitores.

Partiendo de que el menor que lanzó la escuadra está libre de toda responsabilidad dada su corta edad -el accidente tuvo lugar en un aula de 6º de Primaria, por lo que los alumnos involucrados tienen 12 años-, la familia del afectado ha puesto ya el caso en manos de un abogado. Se quejan de la falta de respuesta por parte del centro y del desembolso económico que supone atender las necesidades actuales de su hijo.

Medidas para garantizar la vigilancia

Desde la consellería de Educación gallega explican a ABC que desde el primer momento tanto el centro como la Inspección Educativa estuvieron en contacto con la familia para indicarles los pasos a seguir «incluido su derecho a una reclamación patrimonial». Sobre el hecho en sí, y ante la denuncia de los alumnos que reconocieron que en ese momento no había nadie vigilando este aula de Primaria, el Gobierno gallego manifiesta que «se le dio indicación explícita al centro para que pusieran de inmediato todas las medidas pertinentes que garanticen el cien por cien de la vigilancia del alumnado cuando, por circunstancias metereológicas, se tengan que quedar en el aula durante los recreos».

Esta explicación abre la puerta a que el día del accidente faltase vigilancia, como aseguran los padres, pese a que ninguno de los docentes encargados de esa tarea aquella mañana fue expedientado y a que el centro aseguró que se cumplía con la ratio marcada por la ley. La familia del menor herido también afeó al colegio que limitase lo ocurrido a una fatalidad y que muchos profesores no fuesen informados de la dimensión de lo sucedido hasta meses después. Este medio ha intentado recabar valoraciones por parte de la asociación de padres y madres del centro, sin que haya sido posible.

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