El fuego convierte el sur de Galicia en un infierno

El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo , puso en el punto de mira la acción de los incendiarios, al responsabilizarlos «sin duda» de buena parte de los 80 focos registrados a lo largo del fin de semana. Feijóo condenó «la actividad homicida incendiaria » de unas personas que «intentaron quemar casi todo» en la comunidad. El presidente cuantificó en 146 los incendios declarados desde el viernes -60 de ellos concentrados ayer-, y lanzó un mensaje rotundo a los incendiarios: «Están bordeando el homicidio. Lo que está ocurriendo en zonas habitadas del área metropolitana de Vigo nos preocupa: Están jugando con vidas», sostuvo. Su vicepresidente, Alfonso Rueda , fue más allá y responsabilizó de la muerte de dos personas en Nigrán a los incendiarios: « Que nadie piense que va a quedar impune, es un delito muy grave que pone en riesgo las vidas de las personas ».

Más de 80 fuegos declarados entre el sábado y la madrugada del domingo han marcado un fin de semana negro, en el que las llamas han llegado a las puertas de núcleos poblados de más de una decena de municipios y han dejado un balance provisional que supera las 4.000 hectáreas arrasadas. Cinco mil personas luchan contra el fuego en Galicia . Al operativo se sumó la Unidad Militar de Emergencias, con 355 militares.

En condiciones de meteorología extremamente adversa, con máximas en el entorno de los 30 grados, baja humedad y vientos intensos del sur motivados por la proximidad del huracán Ophelia, el fuego protagonizó este domingo una jornada crítica, en la que la actividad incendiaria fue especialmente virulenta en el sur de Pontevedra. El presidente Feijóo mostró su malestar con los fuegos que creía podían entrar desde Portugal, un país, que en su opinión, «está sobrepasado y sin hacer frente a sus incendios. No podemos hacer nada frente a los fuegos que entran desde Portugal de forma continuada », censuró. Varios incendios han alcanzado Galicia tras saltar los márgenes del río Miño por primera vez en la historia.

Hasta cinco fuegos cercaban el área metropolitana de Vigo , dejando un reguero de desalojos en Beade y Valadares, y en los concejos de Baiona y Gondomar. La Universidad de Vigo decidió cancelar su actividad docente para hoy, aunque esperaba que sus instalaciones no resultarían afectadas por el fuego. Además, la Consejería de Educación decidió suspender las clases en diez centros escolares: cuatro de ellos en Baiona y dos en Vigo, Valadares y As Neves. Al cierre de esta edición, el ayuntamiento de Vigo aseguraba que los principales incendios estarían controlados a lo largo de la madrugada.

El peor incendio en cuanto a superficie calcinada se localizó en Ponteareas, en el sur de Pontevedra. Cuatro focos iniciados de modo consecutivo al lado de la carretera desataban a las 00.26 horas del domingo en la parroquia de Padróns el incendio de mayores dimensiones. En menos de doce horas, las llamas cubrían más de 1.500 hectáreas, atravesando los municipios de Redondela, Soutomaior, Ponteareas y Pazos de Borbén. «En unas circunstancias normales con humedad serían ocho días ardiendo: aquí, en ocho horas, sobrepasamos las 1.500 hectáreas », afirmaba la consejera de Medio Rural, que denunciaba la clara intencionalidad de este fuego: «Tal y como estaban puestos los cuatro focos era para unirse», señaló Ángeles Vázquez.

La proximidad de las llamas a zonas pobladas puso en jaque al dispositivo antiincendios -el Ministerio del Interior decretaba la situación operativa 2 para facilitar el refuerzo del operativo gallego -, con un total de trece fuegos con riesgo real para las personas.

Además del iniciado en Ponteareas, la situación dos se activaba durante varias horas en Boiro y se mantuvo habilitada en Cervantes (Lugo), por riesgo para la población de Vilarello a causa del fuego reactivado durante la noche en la parroquia de Donís; en San Cristovo de Cea, donde se vio amenazado el núcleo de Pieles; en Baños de Molgas, por la proximidad de las llamas al lugar de Nevoeiro; en Chandrexa de Queixa, donde corrió peligro el núcleo de Vilamaior (en el municipio vecino de Castro Caldelas); en Salvaterra de Miño y As Neves, donde el fuego que saltaba desde Portugal amenazaba a los vecinos de Castelo y Paredes ; en Gondomar, por la proximidad de las llamas a Morgadáns; en Baiona, donde se temió por el núcleo de Baíñas; en un segundo incendio en el municipio de Cervantes (Noceda), en Paderne de Allariz, en Nigrán y en Lobios.

El elevado número de focos de este fin de semana ha supuesto una escalada en la ola de fuegos que golpea a la Comunidad desde el miércoles. La tensión llegaba ayer a la red viaria, obligando a cortar la A-52 en Ponteareas (Pontevedra) y en A Mezquita (Orense), y a interrumpir la circulación en la AG-57 a la altura de Gondomar. Carreteras de la red secundaria de las provincias de Lugo y Orense también resultaron afectadas.