Tellado: «Dentro de En Marea huele a golpe de Estado contra su portavoz»

Para el número dos de los populares gallegos, que el líder de la confluencia pida la dimisión de Quinteiro un día después de que el alcalde de Santiago restara importancia a su encontronazo con los agentes «es una nueva muestra de que las hostilidades entre ambos ya no se pueden disimular» . «Noriega y otros cargos de En Marea están patrocinando un motín interno contra Luís Villares», señaló el dirigente del PPdeG en referencia al malestar que el pronunciamiento del exmagistrado ha provocado en formaciones como Podemos o algunas mareas municipales.

Según Miguel Tellado, el portavoz del partido instrumental «cuenta con un mayor grado de respeto por parte del PP» que por parte de sus propios compañeros de partido, «y eso es lo que hace que cada vez esté más desahuciado de la política». «En Marea huele a golpe de Estado contra su portavoz», zanjó el secretario general de la formación, al tiempo que reiteró que esta crisis es «la crónica de un grupo mixto anunciado». Tras lo sucedido, desde el PP creen que «pase lo que pase», la confluencia quedará «más dividida» y el liderazgo de Villares «mucho más cuestionado». Además, el hecho de que la Policía Nacional haya trasladado al juzgado toda la documentación recabada sobre el incidente en el que se vio envuelta Quinteiro amenaza con agravar «aún más» la crisis que vive el partido instrumental.

Cuestionado por los medios de comunicación acerca de la situación en el seno del partido, el portavoz de En Marea se limitó a apuntar ayer que existe ninguna «novedad». Este lunes, el magistrado en excedencia rompía el silencio que venía manteniendo desde que saltara a la luz pública el incidente en el que se vio envuelta Paula Quinteiro. En rueda de prensa, Villares solicitó la dimisión de la parlamentaria —de la corriente anticapitalista de Podemos— y anunció que si ella misma no presenta su renuncia en el plazo de una semana, promoverá una consulta entre las bases de la formación para que sean ellos los que se pronuncien sobre su continuidad. Este anuncio generó un rechazo visible en partidos como Podemos, cuya líder calificó de «locura» derivar a los inscritos una cuestión que ciñó al «ámbito privado».