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LOS ÁNGELES DEL MAR

«Si Dios existe, ese día yo lo vi»

José Manuel sobrevivió a un naufragio que lo marcó de por vida y le enseñó a amar el mar

José Manuel, en el puerto desde donde sale a faenar MUÑIZ

PATRICIA ABET

El enésimo temporal de lo que va de invierno en la costa gallega impide que la embarcación de la que José Manuel es patrón, el «Bismarck Un», salga a faenar. Lo bueno es que también pone en bandeja que este lobo de mar —hijo, y ... nieto de pescadores— se tome un tiempo para volver a aquel día de mayo de hace catorce años en el que creyó ver a Dio s . «Mayo es el mes más traicionero en la costa gallega», aclara José Manuel como aviso a navegantes. Esa mañana, él y dos marineros más faenaban en la costa de Porto do Son cuando, por una maniobra quizás arriesgada, su barco se puso de punta cargado de redes. «Solo me dio tiempo de gritar agárrate fuerte y entramos en la succión», explica . La violencia con la que la ola azotó el «Nueva Estela» fue tal que José Manuel y sus compañeros no tuvieron ni margen para coger los chalecos salvavidas y, en cuestión de segundos, se vieron en el agua abrazados a los flotadores. Hace una década no existían las radio balizas que avisan a los efectivos de emergencias de que el barco está en problemas, con lo que los tres tripulantes permanecieron a la deriva durante más de una hora. El agua estaba a doce grados y José Manuel extenuado y herido de gravedad en una pierna .

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