Quién es quién en la «Operación Pulpo»

A diferencia de otras macrocausas sobre supuestos casos de corrupción instruidas desde las dependencias lucenses, en el sumario de esta solo se encuentra un nombre de marcada relevancia política. José Ramón Gómez Besteiro fue durante años el valor en alza del PSdeG y su puesto en la Diputación de Lugo le dio visibilidad y capacidad de promoción interna hasta conseguir la secretaría general en 2013. Apenas tres años más tarde, el mismo puesto le serviría para enterrar su carrera. Los informes de la Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF) lo señalan directamente como firmante y conocedor de toda una serie de contratos trufados de irregularidades como la falta de la necesaria publicidad y concurrencia, o los tratos de favor hacia allegados.

Con una trayectoria ya mermada por sus cuatro imputaciones por el caso de O Garañón, las seis de la «Pulpo» terminaron con sus aspiraciones de ser candidato socialista a la Xunta.

El jefe del servicio de Protocolo resulta ser la pieza clave en la causa. Una denuncia por un supuesto caso de acoso a alguno de sus subordinados fue el aleteo de mariposa que termina causando el tsunami en la institución. Desde ella la juez tira del hilo sobre otra acusación de malversación de fondos destinados al programa de viajes «Km.0». En el sumario se desliza una posible «connivencia» con los dueños de algunos restaurantes para repartirse cantidades de dinero procedentes de las facturas infladas. Del mismo modo, también se indica que la provincia gastó 200.000 euros en joyerías, floristerías y restaurantes difícilmente encuadrables, que desde la institución ahora atribuyen al área de protocolo.

El empresario, propietario de la empresa de transportes Monbús, terminaría por ser uno de los beneficiados por la trama al captar alguno de los contratos supuestamente fraudulentos. Además, el club de baloncesto de la ciudad, el Breogán que presidía en aquel entonces, recibió 7 millones en subvenciones «sin autorización» de la institución. La juez lo investiga, entre otros delitos, por tráfico de influencias y uso de información privilegiada.

La jefa de prensa del exalcalde de Lugo, José López Orozco, se vio salpicada hace años por presuntas contrataciones en publicidad a empresas en las que figuraba como propietaria. En el marco de la «Pulpo», se desvela que la Diputación otorgó contratos a empresas cuyos administradores eran personas de su entorno familiar más próximo por valor de 1.625.328,1 euros. Muchos de ellos en el umbral de los 18.000 euros, por lo que entienden que resultan fraccionados artificialmente para mantenerse en los límites del negociado y poder eludir los procesos de concurrencia.

Altos cargos

Buena parte del sumario se resume en una frase de su quinto tomo: «Para los investigadores, los directivos y funcionarios con capacidades de dirección de la Diputación, cuanto menos son sabedores de la injusticia de las resoluciones administrativas dictadas, desconociéndose cómo fueron los tratos, previos a las contratas, a los que se debió de llegar entre el sector público y el sector privado». De este modo, la juez investiga por varios delitos al secretario adjunto, la interventora, la directora de comunicación, o el asesor de fondos europeos de la presidencia de la Diputación, todos íntimos colaboradores de Gómez Besteiro.