La primera cooperativa jurídica gallega está formada exclusivamente por mujeres

Las innovaciones en este sector son poco frecuentes y sus cambios no suelen ser demasiado profundos. Instaurar un nuevo modelo, como hicieron estas dos juristas gallegas, es una ardua tarea en este oficio tradicionalmente conservador . El hito se acentúa por tratarse del modelo cooperativo, una fórmula que se utiliza frecuentemente en sectores como el de agricultura o la ganadería, y cuya premisa es poner al mismo nivel de derechos y oportunidades a todas las personas de la empresa. Se trata de una estructura que ya existe en grandes ciudades como Barcelona en el ámbito de la abogacía, pero que jamás había sido puesta en práctica en Galicia.

Las razones de la elección de este modelo son muchas. Julia Álvarez explica que el hecho de ser una sociedad cooperativa de trabajo brinda grandes ventajas relacionadas sobre todo con la flexibilidad. «Como somos socias y trabajadoras a la vez podemos moldearnos mejor a situaciones para lograr beneficios, como por ejemplo en lo relativo a subida y bajada de salarios», cuenta recordando cómo este recurso les sirvió para capear mejor las crisis que fueron surgiendo . Y también funciona como reclamo para la clientela: «Nos consta que hay muchas personas que nos han elegido por el hecho de ser una cooperativa», asegura, ya que la gente lo ve como un modelo que destaca en principios y valores, y que además no tiene ningún tipo de repercusión en el cliente». Afirma, incluso, que lo atractivo del negocio viene completamente de esta característica, porque los precios al público no son distintos a los que ofrecen gabinetes de otro tipo de modelos . «Lo que llama es la ética de trabajo, la ecología y nuestro compromiso con la perspectiva de género», apunta.

La revolución vino por partida doble . Álvarez y Rosende no solo innovaron en el panorama jurídico gallego trayendo el sistema cooperativo, sino que también construyeron una empresa que incluye el feminismo como una de las bases principales del gabinete. Su plantilla está formada íntegramente por mujeres, y ambas abogadas están en el turno de oficio para los casos de violencia de género.

En palabras de Álvarez, la decisión de dotar al proyecto con una perspectiva de género se debe a que no consideran el Derecho como una ciencia neutral, ya que creen que el modelo jurídico contribuye a mantener un sistema en el que muchas veces las mujeres sufren opresión . De esta manera, interpretan las leyes desde este principio de que hay una desigualdad estructural hacia las mujeres, centrando su trabajo en equiparar los derechos de ambos géneros. «Un ejemplo claro de los casos que llevamos en este aspecto es una colaboración que mantenemos actualmente con una asociación de familias monomarentales, ayudándolas a equiparar el permiso de maternidad al de las familias biparentales», explica.

Hablan de la desigualdad entre géneros con conocimiento de causa. La abogada asegura haber vivido en sus propias carnes discriminaciones en el ámbito del trabajo por su sexo. « En la abogacía no se nos escucha igual a nosotras, que somos mujeres y jóvenes , que a un abogado con 40 años de experiencia. Muchas veces tienes que demostrar el doble, incluso veces a nivel de clientes, para que te tomen en serio». En sus inicios, esta característica fue una dificultad añadida a la hora de construir una cartera de clientes estable, que ahora, por suerte, ya está más que consolidada.

Estas dos letradas gallegas arrancaron el proyecto sin ponerse límites, y miran hacia el futuro sin pensar en ellos. Álvarez y Rosende trabajan actualmente en La Coruña y Santiago de Compostela , pero están decididas a ampliar la familia y sumar más abogadas al gabinete. Reconocen que el proceso de búsqueda está siendo largo y un poco complejo, ya que necesitan tener confianza suficiente con la nueva compañera, porque el modelo cooperativo se basa en mantener sinergias con las socias para la adopción de decisiones. Hablan en femenino de la candidata ideal porque les gustaría mantener una plantilla totalmente femenina, aunque el género de la persona no es una condición excluyente.

Las dos abogadas gallegas ven el porvenir con optimismo y esperanza, y se muestran comprometidas a apoyar a otros proyectos que quieran unirse al cooperativismo jurídico en Galicia. Y será algo que ocurrirá; estas pioneras aseguran recibir llamadas frecuentes con preguntas sobre el modelo , y confiesan estar emocionadas por consolidar esta nueva manera de ver el trabajo jurídico en la sociedad gallega. Vientos de cambio en el antiguo oficio de leyes.