El presidente Feijóo no descarta dar el salto a la política nacional

«Los gallegos son muy inteligentes. Yo he dicho siempre que creía que lo ideal eran dos mandatos, por eso entiendo que presentarme por tercera vez sería algo excepcional y que necesita de una reflexión, que es lo que estoy haciendo», apuntó, sin querer revelar si su decisión ya ha sido tomada. De los escenarios que se han rumoreado en los últimos tiempos sobre su futuro, el único que descartó de forma contundente es el de abandonar la política para recalar en la empresa privada. Ni siquiera se desmarcó de un hipotético salto a la arena de la política nacional , pero siguió manteniendo su «compromiso» con Galicia por encima de todo. «Desde que llegué a la Xunta en 2003 me dijeron que me iba a ir a Madrid. Ahora resulta que la mitad de los que me lo decían se han ido, y la otra mitad intentaron irse y no lo consiguieron», ironizó.

En lo que sí se mostró contundente Núñez Feijóo fue en el capítulo dedicado a la corrupción en el PP . Al mismo tiempo que estaba siendo registrada la sede de Génova , el barón gallego criticó que su partido «no haya sabido ver ciertas actitudes a tiempo y a veces no haya actuado con la contundencia precisa». En esto, y en el desgaste derivado de la gestión de la crisis, explicó el ascenso de Ciudadanos y concluyó que «sumando sus votos con los nuestros, el centro-derecha tendría en este Congreso una clara mayoría absoluta».

La batalla parlamentaria en O Hórreo, y la izquierda gallega no se distingue por hacer la amabilidad de sus posiciones frente al PP, pero al ser cuestionado sobre su relación con los partidos de oposición y el papel que hace cada uno de ellos destacó que «la más honesta me parece la del BNG». En el mismo sentido, nombró a su portavoz en el hemiciclo gallego, Francisco Jorquera, como uno de los rivales a los que más aprecia . «Espero que no le siente mal, porque me da la impresión de que cuando hablo bien de algún político de otro partido no le hago un favor», subrayó sonriente. Más serio se mostró cuando le recordaron alguno de sus percances con Xosé Manuel Beiras , de los que opinó que «son la clase de situaciones que no se deberían vivir en un Parlamento elegido democráticamente».