Pilar de Lara admite su recusación y cede la instrucción del «Garañón»

Por pequeña que sea, es la primera victoria del exlíder del PSdeG contra su verdugo judicial , después de que le imputara diez presuntos delitos de corrupción en las causas del «Garañón» —que investiga supuestas irregularidades en la compra y reforma de su vivienda— como en la «operación Pulpo» —sobre hipotéticas ilegalidades en la gestión de fondos durante su presidencia de la Diputación de Lugo—.

La providencia, facilitada a última hora de la tarde de ayer por el TSXG, abre ahora un plazo de tres días para que el Ministerio Fiscal y las distintas acusaciones formulen sus correspondientes escritos. Finalizado el plazo, la propia De Lara podrá pronunciarse respecto a si acepta o no la recusación . En caso afirmativo, se apartaría de la causa. Es bastante improbable que la juez dé este paso, toda vez que se mostró contraria a admitir a trámite siquiera su recusación cuando fue presentada por la defensa de Besteiro, y sólo un recurso aceptado por la Audiencia la ha llevado a iniciar este procedimiento.

Según detalla la ley procesal penal, el proceso de la recusación será instruido por un magistrado de la Audiencia Provincial, y posteriormente decidirá la Sala Segunda de este órgano. Si la recusación no es aceptada, la instrucción del «caso Garañón» volverá a manos de la juez De Lara , aunque mientras tanto, Orduña podrá adoptar las decisiones que crea oportunas.

No obstante, y según aclararon a este periódico fuentes judiciales, la recusación a De Lara por el «caso Garañón» no tendría efectos en el «caso Pulpo» , aunque en este último Besteiro también este siendo investigado. Por tanto, al mismo tiempo que argumenta su defensa en este incidente de recusación, la juez podrá seguir instruyendo la otra causa que también afecta al exlíder socialista.

El proceso de recusación vino detonado después de que De Lara hiciera público en un informe en diciembre el contenido de diversos correos electrónicos del entonces letrado de Besteiro, el polémico Cándido Conde-Pumpido junior, en los que le r ecomendaba que no siguiera determinadas líneas de investigación , abandonara la causa, pidiera un traslado a otro juzgado e incluso se ofrecía a echar mano de sus contactos en el CGPJ para agilizar el proceso. El abogado recusó a la juez por entender que se habían hecho públicos correos de índole privada desnaturalizando su contenido, y que ello respondía a una manifiesta animadversión.