El Gobierno recompensa la «lealtad» de Galicia con una inyección de 247 millones

El «sudoku» territorial del Estado, con el desafío soberanista catalán y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en el horizonte, no impidió a la vicepresidenta hacer un guiño a la buena disposición del mandatario gallego en asuntos de país. «Galicia y su presidente es el ejemplo de una persona que defiende su tierra pero con una lealtad extraordinaria», elogió. Para apuntalar esa sintonía y alejar los fantasmas de un posible agravio con el País Vasco y la Generalitat, el Estado mejorará su contribución en la hacienda gallega, a través del sistema de financiación autonómico.

El ingreso de 247 millones desvelado por Sáenz de Santamaría se sumarán al traspaso de 6.815 millones que tanto la Xunta como el Ministerio de Hacienda habían previsto para este ejercicio. En términos globales, con este incremento de casi el 5% en los ingresos estatales, el Gobierno gallego podrá ampliar su margen de gasto de los 9.063 millones hasta los 9.310. «Para Galicia, que ha sido muy escrupulosa con el dinero público, es una noticia muy importante, especialmente para los servicios públicos, como la educación y la sanidad», apostilló.

En la mejora global de los ingresos de las regiones, Galicia ya sabe con qué parte del pastel se va a quedar. Pero falta por conocer el capítulo de las inversiones. Hoy, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, presentará el proyecto de ley de los Presupuestos en el Congreso: el trámite necesario para conocer la letra pequeña de cada partida y saber cuáles son las prioridades del Gobierno. Aquí se concentran buena parte de las expectativas de la Xunta, que en los últimos días dejó entrever su pesimismo por una posible pérdida de posiciones en el escalafón territorial.

El AVE es, sin duda, la mayor preocupación de la administración autonómica . Era el otro reto al que se enfrentaba la vicepresidenta con su visita. Urgía dar una respuesta contundente que aplacara los malos augurios sobre el calendario de fechas. «Con las inversiones de Fomento que se han previsto para Galicia», detalló, «estamos en condiciones de proyectar y ejecutar a un ritmo que nos permita tener esos trenes en el tercer trimestre de 2019».

«Entendimos el bloqueo institucional de 2016 y las dificultades para cumplir el calendario pero ya no podemos entender, en ningún caso, una fecha posterior al 2019», recalcó Feijóo. La ejecución es la palabra clave. El titular de la Xunta sabe que de nada sirve planificar el gasto en un documento si después se queda en papel mojado. El proyecto, vino a decir, necesita de la implicación del Estado para recuperar el tiempo perdido. «Si no ejecutamos unas cifras ostensiblemente superiores a las del año pasado, pondríamos en compromiso la previsión de llegada».

Santamaría, sin embargo, no se movió del guión. «No me puedo merendar la cena», se excusó, dando prioridad al acto de Montoro de hoy y a la dificultad de encontrar acomodo a las solicitudes de todos los territorios. «Yo cuando voy a otros sitos me dicen: "No solo hagan ustedes el AVE a Galicia"», relató con sorna.

Hay un colectivo pendiente, quizá como ninguno, de la aprobación de las cuentas del Estado. Son los opositores. Concretamente, los aspirantes a ocupar una plaza en Educación. Desde Moncloa, vinculan un aumento de las Ofertas Públicas de Empleo (OPE) y una reducción de la temporalidad a que el PP obtenga una mayoría suficiente en la Carrera de San Jerónimo, donde tiene negociaciones avanzadas con Ciudadanos.

«Nos hemos comprometido», añadió la número dos del Gobierno, «a una reducción de la temporalidad del empleo público de un 90% durante tres años». Un amplio mordisco, en definitiva», al número de trabajadores interinos que en estos momentos trabajan en los servicios esenciales. La medida beneficiará, según los cálculos oficiales, a 250.000 funcionarios en situación de inestabilidad. En paralelo a esta apuesta, la luz verde a los Presupuestos dará luz verde Comunidades Autónomas, como la gallega, para convocar «cuanto antes» sus respectivas ofertas de empleo.

Todo depende del clima político de esta primavera. El Gobierno busca tener las manos libres para continuar el año con garantías para, entre otras cosas, para negociar con éxito el puzzle territorial. En Galicia, Feijóo no cambia: «Vamos a seguir comprometiéndonos con lealtad».