Beiras insiste en el partido instrumental para las gallegas

A la puesta en escena contribuyó un invitado especial, un Carlos Aymerich convidado para la ocasión que ya marcó las coordenadas del discurso: el nacionalismo gallego debe ser fraternal, cooperar por el objetivo común y construir una nueva organización en la que dar cabida a todos, sin «sectarismos», en velada referencia a la radical UPG que sigue controlando el timón del BNG. «Es tiempo de que acordemos de una vez entre nosotros», defendió, «necesitamos una organización que no sea un fin en si misma sino útil en la medida en que nos ayude a nuestros objetivos», fijados en «la libertad nacional y la justicia social».

El plato fuerte era, lógicamente, Beiras. No aclaró ni su futuro político —si concurrirá o no a las autonómicas y en qué condiciones— ni avanzó qué ocurrirá si Podemos y Esquerda Unida no aceptan su exigencia del partido instrumental. Tan solo puso sobre la mesa la exigencia del partido instrumental , algo a lo que desde hace meses se vienen oponiendo sus socios de confluencia. « Que la Marea se configure como debe, respondiendo a su naturaleza, a la ciudadanía popular , y que las bases aporten los documentos que den contenido al posterior proceso constituyente».

Luego dejó algunos recados, como que la autocrítica por el fracaso en las recientes generales no debe hacerse en Anova ni tampoco atribuirse a causas externas, o su reivindicación de que «el espíritu de las Irmandades da Fala está en las Mareas».

Por último, para satisfacer a la parroquia, no esquivó sus grandes éxitos, como llamar a Feijóo «narcopresidente» , a Soraya Sáenz de Santamaría «machista disfrazada de mujer» o afirmar que en España hay «franquistas sin Franco» dispuestos a repetir el levantamiento del 36.