El balance definitivo de ola de incendios cifra en 49.170 las hectáreas arrasadas

La diferencia entre una cifra y otra se explica por el fin de las tareas de georreferenciación que los técnicos abordaron sobre el terreno. La Xunta pudo así cuantificar que los 264 incendios a los que se enfrentaron los equipos de extinción se llevaron por delante 26.098 hectáreas de arbolado —un 53% del total—, o que los fuegos registrados durante aquel fin de semana del 14 y el 15 de octubre quemaron 23.073 hectáreas de monte raso (46,9%). Por provincias, las más afectadas por la actividad incendiaria fueron las de Orense y Pontevedra, con una superficie calcinada total de 22.623 y 20.085 hectáreas, respectivamente. En las más escoradas al norte el recuento fue algo menos severo, con 5.734 hectáreas damnificadas en Lugo y 728 en La Coruña. Mención aparte merece la afectación a los bosques amparados por la Red Natura: casi una de cada cuatro hectáreas corresponden a estas zonas protegidas por su alto valor ambiental.

Para el departamento dirigido por Ángeles Vázquez, la prioridad del operativo no fue otra que velar por la protección de los suelos y evitar a toda costa que se produjeran fenómenos como la «lava negra» , tan contaminante para los cauces de los ríos y los bancos marisqueros. En ese ínterin de dos semanas, la Consellería hizo acopio de unos datos que previsiblemente volverán a ser expuestos el próximo martes en el Parlamento, cuando Alberto Núñez Feijóo comparezca para rendir cuentas sobre la gestión de su equipo en la crisis forestal.

Lo que sí se puede anticipar, a pesar de que restan dos meses para acabar el año, es que la del 2017 será recordada como una de las campañas más dañinas para el rural de Galicia. Solo en la pasada ola de incendios, el fuego destruyó casi tanta superficie como en los últimos cuatro años. Para evidenciar la magnitud del desastre basta con señalar que, solo en la provincia de Orense, en cuestión de días se quemaron más hectáreas que en todo el año 2016 en Galicia (21.117).

Concluido el balance, la administración autonómica se prepara ahora para la fase de reforestación , en la que tendrán prioridad aquellos lugares donde se desencadenaron incendios de más de 300 hectáreas: un total de 32 puntos. Desde hace días, Medio Rural ha venido desarrollando las primeras acciones de recuperación forestal, como el «mulching» (o suelta de paja), para frenar el arrastre de las cenizas. Para ello cuenta con un presupuesto de siete millones de euros.

Entretanto, sigue abierto el plazo de solicitud de las ayudas de emergencia lanzadas por el Gobierno gal lego. De los 21 millones consignados para resarcir los daños materiales y personales ocasionados durante la ola, una partida de 1,5 millones se destinará a a reparar las infraestructuras, los equipamientos privados y explotaciones agrícolas perjudicadas.