Asesina a su madre a cuchilladas y confiesa que ha matado al «demonio»

El suceso ha conmocionado especialmente a la ciudad de Vigo, que en tan solo dos meses suma cuatro víctimas mortales; tres casos de violencia de género y este último en el que nada hacía sospechar tal desenlace, según sostuvo el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva.

El sábado Inmaculada y su hijo Ramón salieron a dar un paseo. Era habitual verles en compañía por la zona. Ya el domingo, a las 23.10 horas, según el testimonio de la vecina que dio aviso a la Policía, el joven de 27 años se presentó en su casa confesándole que acababa de matar a su madre, a la que se refirió como «el demonio». Cuando los agentes se personaron en la vivienda que ambos compartían en el número 57 de viguesa calle Zamora se encontraron la casa ordenada y a la víctima tumbada en el suelo con lesiones de arma blanca. Heridas incisas presuntamente causadas por un cuchillo jamonero , tal y como confirmó el personal sanitario que intentó reanimar a la mujer sin éxito antes de que la juez ordenase el levantamiento del cadáver. Al lugar acudieron efectivos de la Científica para recoger las pruebas que están siendo analizadas.

El supuesto matricida , que fue detenido en el lugar de los hechos, permanece ingresado en la unidad de psiquiatría del Álvaro Cunqueiro , por recomendación de los médicos que le atendieron en un primer momento, y custodiado por agentes policiales. Pasará a disposición judicial en el momento en el que los facultativos le den el alta de acuerdo con el juez que instruye el caso.

Esta no era la primera ocasión que Inmaculada Cendón había sido agredida por su hijo . La anterior vez se remonta a hace diez años, cuando Ramón era menor de edad, un episodio que llegó a ser investigado por la Fiscalía de Menores. Además, la fallecida, que llevaba treinta años trabajando para la fábrica de Citroën como administrativa, había pedido una orden de alejamiento de su otro hijo por una pelea reciente , según recoge Efe de fuentes cercanas a la investigación.

Preguntado sobre este último asesinato, el delegado del Gobierno confirmaba ayer que no había ninguna medida preventiva respecto al presunto homicida y que el varón se presentó en casa de una vecina a la que confesó que había matado a su progenitora. «Se trata de un chico que apuñaló a su madre, varias veces, generando una situación dramática con una mujer asesinada», informó Villanueva nada más trascender el terrible suceso.

En este sentido, el represente del Gobierno central insistió nuevamente en la necesidad de «concienciar a la sociedad de que si hay algún indicio anterior, que parece que este no es el caso, hay que denunciarlo para que se puedan establecer medidas preventivas». Además, precisó que el supuesto agresor le asestó «entre siete y ocho puñaladas».

Pese a que con la ley en la mano este caso no está tipificado como violencia de género, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, lo reconocía como tal. «El cuarto en un intervalo de dos meses», recordaba el regidor . Tras participar junto a otros miembros de la corporación viguesa en un acto simbólico de repulsa a este último asesinato, en el que se guardaron tres minutos de silencio, no dejó pasar la oportunidad de remarcar la importancia de quienes tengan conocimientos de malos tratos denuncien a la Policía . «De lo contrario —dijo— las fuerzas de seguridad y las administraciones no pueden llegar a tiempo».

Asimismo, Caballero instó a la sociedad a «revolverse contra los maltratadores, cualquiera que sea la forma en la que se produce la violencia», e insistió en que « toda labor de prevención y apoyo a las víctimas será poca hasta que no se consiga desterrar esta lacra».

En los últimos dos meses hasta tres mujeres han fallecido supuestamente a manos de sus parejas en la ciudad, tres asesinatos que han provocado que la juez titular del único juzgado de Violencia de género de Vigo (Pontevedra) haya pedido un refuerzo temporal para sacar adelante los procedimientos abiertos, «algunos de extrema gravedad».

A principios de octubre la Policía Nacional hallaba dos cuerpos sin vida en el número 12 de la Avenida do Fragoso . El hombre, de nacionalidad portuguesa al igual que su pareja, mató a golpes a la mujer , encerró su cadáver en un armario , y después se suicidó . Antes, dejó una nota relatando los hechos.

Ya a finales de mes, en el concello pontevedrés de Pontesampaio , José Antonio Lusquiños Bustelo sorprendía, de madrugada y en plena calle, a su expareja. Le asestó varios cuchillazos hasta matarla. Dos días más tarde, los agentes detenían a Alberto José V. G como sospechoso de arrojar desde un tercer piso, en el barrio vigués del Calvario, a su esposa.