Al altar tres años después del Alvia

Después de un mes ingresada en el hospital —fue una de los supervivientes que más tardaron en recibir el alta— la vida para esta abogada residente en Madrid dio un giro tan inesperado como difícil de asumir. Postrada en una silla de ruedas, con los pulmones tocados y cortes en la cabeza y las extremidades, tuvo que regresar a la casa familiar para iniciar un duro proceso de recuperación. Allí, y con los suyos como asidero, volvió a caminar.

A Lidia también le tocó recuperarse psicológicamente de un episodio que marcó su vida. Durante mucho tiempo pensó en una pareja que viajaba a su lado y de la que nunca más supo. Los médicos le recomendaron llorar para encarar el duelo , pero la coraza que se creó se lo impedía. Tampoco podía ver las imágenes del suceso en la televisión, al igual que la mayoría de los heridos.

En el primer aniversario de la tragedia, Lidia cumplió su promesa y regresó a Angrois para dar las gracias a los vecinos que esa noche la asistieron con mantas y agua . Ayer, y coincidiendo con el día en que volvió a nacer, pasó por el altar. «Al final el accidente me trajo muchas cosas buenas, entre ellas un chico maravilloso que conocí después de todo aquello y que va a ser mi marido», reconocía emocionada momentos antes de casarse. «Hoy [por ayer] cierro una etapa de lucha y recuperación y empiezo una nueva vida.

Es verdad que la vida me dio un golpe duro, pero a cambio de muy buenas recompensas », explica esta joven ferrolana haciendo gala de un optimismo que ni en los peores momentos la abandonó. Ya recuperada de los daños que el brutal impacto causó en ella, Lidia consiguió en diciembre de 2014 el traslado a La Coruña del banco en el que trabajaba en Madrid. Y volvió a bailar, una de sus grandes pasiones. «Esta vez mi nuevo cumpleaños me cogerá bailando» , bromeaba a punto de dar el sí quiero.

De los 218 pasajeros que viajaban en el tren Alvia, 80 perdieron la vida. Más de 130 personas resultaron heridas . Lidia Sanmartín es la cara más amable de un fatal accidente que heló a los gallegos en su día grande.