La Fiscalía recurrirá la sentencia de Villarejo para recuperar el cohecho

Sin ir más lejos, una de las magistradas de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que conformó el tribunal que le juzgó, Carmen Paloma González, emitió un voto particular contra la decisión de la mayoría considerando que se le debió condenar por dicho delito. Durante el juicio de las tres primeras piezas de la macrocausa Tándem, el Ministerio Público sostuvo que quienes contrataron a la compañía Cenyt del comisario para que realizara trabajos de 'Inteligencia' o espionaje lo hicieron conociendo su condición de policía.

De hecho, la información confidencial a la que podía tener acceso como funcionario del Cuerpo le situaba como alguien con ventaja respecto a cualquier detective. En palabras del fiscal en sus conclusiones finales Villarejo era un «funcionario policial corrupto». Sin embargo el tribunal concluyó que «actuaba en una esfera absolutamente privada». En los hechos probados de la sentencia se evidencia que el comisario, ahora jubilado, «presumía» de sus amistades en la Policía: «La mitad soy policía y la mitad soy abogado», afirmó ante sus clientes según se recoge en el fallo.

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En éste también se constata que «le contrataron con el fin de que proporcionara información sensible», así como que «consiguió tener acceso a los datos de posicionamiento y tráfico de llamadas de objetivos de la competencia» de sus clientes o las personas de quienes buscaban trapos sucios gracias a la ayuda de otros policías en activo. Las fuentes fiscales consultadas por este diario confían en que «el cohecho se va a recuperar».

Consideran que la sentencia es contradictoria y está coja por varios motivos. En primer lugar, porque en las tres piezas juzgadas sus clientes, también investigados, no se consideraron perjudicados ni denunciaron una estafa por parte del comisario. En segundo lugar, porque Villarejo no ha negado que se presentara como comisario a sus clientes. Por último, porque se le condena por delito de revelación de secretos agravado por su condición de funcionario pero en cambio no se tiene en cuenta dicha condición para ver un delito de cohecho.

Se felicitan, por otro lado, porque se haya dado validez a las horas de grabaciones recogidas por el propio comisario, convertidas en la principal prueba de cargo contra él, así como garantía a las entradas y registros en sus domicilios y a la cadena de custodia de la documentación que se le incautó y es la base de la prueba.

Las defensas se emplearon a fondo durante las primeras sesiones del juicio, en la fase de cuestiones previas, en intentar conseguir la nulidad de la causa por posibles irregularidades o manipulación de las cintas y el tribunal lo ha rechazado. Sobre las posibles consecuencias que pueda tener la sentencia en el resto de ramificaciones de la causa (Tándem ya ha alcanzado las 47 piezas), las fuentes consultadas se muestran cautas.

Este primer juicio se centró en tres encargos particulares: del bufete de abogados, Herrero y Asociados, para investigar a un despacho de la competencia; los espionajes realizados para la administradora de la inmobiliaria La Finca y el trabajo sobre el exjuez Francisco Javier de Urquía para los hermanos Juan y Fernando Muñoz Tamara.

Sobre ellos, el tribunal concluyó que Villarejo engañó a sus clientes «en grado superlativo», abriendo así la puerta a enmarcar los hechos en un posible delito de estafa para otros trabajos, no contemplado hasta el momento por las acusaciones. Es por ello que ahora se estudiará el encaje que este tipo penal pueda tener en las distintas investigaciones abiertas, caso a caso, teniendo en cuenta quién le contrataba y si en los audios incautados en el marco de esos proyectos aludía a su cargo en la Policía, trasladan fuentes de la investigación.

No obstante las mismas fuentes ven complicado que el delito se ajuste, por ejemplo, a la operación Trampa, relativa a los presuntos encargos que el BBVA hizo a las empresas del comisario, o en el caso Kitchen, dado que habría sido el propio Ministerio del Interior, cuando Jorge Fernández-Díaz estaba al frente, el que contó con la ayuda de Villarejo para espiar a Luis Bárcenas y su familia. Los condenados están citados hoy en la Audiencia Nacional para que vayan a recoger la sentencia en persona. Está previsto que la Fiscalía Anticorrupción solicite el ingreso en prisión del comisario, condenado a 19 años de cárcel, y de su socio, Rafael Redondo, a quien le han impuesto 13, por riesgo de fuga.