Feijóo insta a Sánchez estudiarse las 59 medidas para un pacto energético y a negociar con el PP

El presidente del Gobierno se mostró especialmente satisfecho por el resultado del debate en el pleno del Senado la semana anterior. Tanto, que anunció con tono sarcástico más plenos como ese para enfrentarse con Feijóo, «dado el resultado», blasonó ante los suyos, que le gratificaron con una fuerte ovación. En aquel debate, el presidente del PP se comprometió a remitir a Sánchez su propuesta energética, en la que ha trabajado el equipo económico de los populares, con Juan Bravo a la cabeza, y que recoge la opinión de diversos expertos.

«La gravedad del momento requiere respuestas ágiles, medidas valientes y la responsabilidad de todos», subraya Feijóo en la carta que envió ayer a Sánchez. El líder del PP reprocha a su interlocutor que no le haya remitido su plan: «Echamos de menos que el Gobierno no nos haya presentado ningún plan que recoja las actuaciones que ha acometido en estas semanas para poder realizar nuestras alegaciones de manera más efectiva».

Feijóo insiste en tender la mano a Sánchez: «Estoy convencido de que vale la pena que el Gobierno acuerde con la alternativa una política de Estado en aras de alcanzar reformas que otorguen a nuestros ciudadanos una energía más asequible, sostenible y competitiva en el presente y el futuro». «Quedo a su disposición y la de su equipo para que podamos debatir sobre estas medidas, aclarar cualquier duda y, si fuese el caso, negociar su implantación», concluye su carta, en la que envía un «cordial saludo» a Sánchez, con su «consideración».

[Lea aquí la carta íntegra dirigida al Gobierno]

El equipo económico del PP se estrenó en abril con otro documento que Feijóo también envió a Sánchez, en este caso sobre su plan fiscal. La respuesta del Gobierno fue el desprecio hacia unas propuestas de rebaja de impuestos que rechazó con inmediatez. En aquella ocasión, el interlocutor de Bravo fue la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

En su plan, el PP distingue entre las medidas de ahorro que afectan a las administraciones públicas, y que tendrán carácter obligatorio, y las 'recomendaciones' dirigidas a familias y empresas. En concreto, destaca el incentivo al ahorro, a través de un sistema de bonificaciones progresivas para hogares y empresas, como adelantó Feijóo en el debate del Senado de la semana pasada. Así, se establecen tres bandas: la primera, con ahorros de entre el 3 y el 6,9 por ciento (con una bonificación de un 5 por ciento en el consumo de electricidad y un 10 por ciento en el de gas); la segunda, con ahorros de entre el 7 y el 14,99 por ciento (con bonificación de un 10 por ciento en la electricidad y un 20 por ciento en el gas); la tercera, para ahorros superiores al 15 por ciento (con bonificaciones del 20 por ciento en el consumo eléctrico y el 40 por ciento en el de gas). En total, el PP propone destinar 2.900 millones a descuentos en los recibos de luz y gas de quienes ahorren energía.

Entre otras medidas, el PP incluye la apuesta de Feijóo de utilizar todas las tecnologías «disponibles» para reducir la dependencia de España del gas, con su propuesta de extender la vida útil de las nucleares más allá de 2027 y la reapertura de las térmicas desmanteladas.

El PP confía en que las medidas definitivas sean consensuadas con las comunidades autónomas, entidades locales y los diferentes sectores económicos. Precisamente, los alcaldes del PP reprocharon ayer al Gobierno su «autoritarismo al imponer medidas energéticas de espaldas a los ayuntamientos».

Desde el Gobierno llevaban días acusando a Feijóo de haber blandido una «portada» en el debate en el Senado sin que detrás hubiera contenido alguno. Una acusación en la que ayer mismo incurrió, durante una entrevista a primera hora en Televisión Española –antes por tanto de conocerse la propuesta del PP– el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.

Sánchez, por su parte, que también intervenía ante los parlamentarios socialistas antes de conocerse la propuesta, volvió a sacar todo un arsenal dialéctico de acusaciones contra el líder de la oposición, cuya política no dudó en tildar de «reaccionaria», tras reiterar Feijóo en la COPE que derogará si llega al Gobierno varias leyes impulsadas por el PSOE.

Una acusación que extendió al presumible rechazo que el PP plasmará hoy mismo en el Congreso a la toma en consideración de la proposición de ley del PSOE y Unidas Podemos para establecer un nuevo impuesto a los «beneficios extraordinarios» de la banca y las compañías energéticas. La proposición superará su primera criba en el Parlamento gracias a los votos de la coalición gubernamental y sus socios. El PP ha pedido su retirada. Y para Sánchez, según dijo coloquialmente, esa es «la madre del cordero», ya que su Gobierno, dijo, apuesta por «subir el salario mínimo interprofesional (SMI), las pensiones, las becas y un impuesto especial a las grandes eléctricas y a las grandes empresas financieras para que contribuyan». «¿Qué votará el PP?... pues ahí se ve qué defiende cada uno y qué intereses defienden unos y otros», sentenció.

Por lo demás, Sánchez volvió a esgrimir un discurso netamente optimista en materia económica, a pesar de los datos históricos de la inflación. El presidente dijo que no se trata de «minimizar el impacto de la incertidumbre provocada por esta guerra, y también de la crisis energética derivada de ella», pero sí, explicó, de que «ante esta incertidumbre, los ciudadanos tengan una certeza: que este Gobierno no va a repetir las recetas fallidas de la crisis financiera de la década de 2010», una fecha que repitió varias veces, y en la que aún estaba en el Ejecutivo el anterior presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero.