ELECCIONES 23j
Feijóo, ante el abismo de no gobernar
El presidente del PP gana sus quintas elecciones, pero por primera vez se enfrenta a un resultado que lo sitúa más cerca de la oposición que de un Gobierno que, en el mejor de los casos, sería tremendamente precario
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La de anoche fue la quinta victoria electoral de Alberto Núñez Feijóo. Tras sus cuatro mayorías absolutas en Galicia en los años 2009, 2012, 2016 y 2020. La de ayer fue la primera que el líder gallegó no cerró con un resultado que le ... garantizase el Gobierno. La mayoría absoluta parecía una quimera en cualquier escenario.
Pero en ningún esquema de Génova se contemplaba la posibilidad de no gobernar. El debate se circunscribía a si tendría que hacerlo con Vox o sin Vox. Ese debate ya era importante para Feijóo, que se preciaba de proyectarse como un líder aglutinador que era capaz de unir en torno a su figura diferentes sensibilidades y representarla desde el Gobierno.
Pero el resultado obtenido ayer entra en otra dimensión en cuanto a incertidumbre. Feijóo se va a enfrentar ahora al escenario de un previsible bloqueo político que, en ningún caso, le garantiza el Gobierno y que, al contrario, no descarta que pueda llevarlo a la oposición. El PP se acostó ayer sin tener claros cuáles van a ser los siguientes pasos a dar.
El presidente del PP y su equipo más directo se enfrentan ahora al debate de qué es lo que ha sucedido para que el resultado haya estado tan lejos de las expectativas. Y lo hace con un partido en el que ahora tiene a figuras a su alrededor con renovada autoridad al presentarse ante Génova como alcaldes y presidentes autonómicos.
Todos ellos han logrado gobernar con resultados que el 28 de mayo se atribuían a una ola azul encabezada por Feijóo como presidente nacional. Pero ahora esa lectura queda cuestionada. Y se pone en el foco del cuestionamiento la ejecución de la campaña electoral y la gestión de las expectativas.
En el PP ya había ayer rumor de fondo. Feijóo va a tener que amarrar en primer término ese oleaje. Nadie esperaba en el PP este escenario. Y por eso ayer nadie se explicaba lo sucedido. Tampoco Feijóo, que no vino a Madrid para esto. Tal vez no en término de sustitución de un hombre al que todos deben gratitud por abandonar su confort de presidente de Galicia con mayoría absoluta para afrontar la gestión del partido en un momento delicado.
El cuestionamiento se abre paso. No empezará señalando al líder. Pero sí a la estrategia. Para terminar apuntando a sus equipos
Pero cuando todos veían a Feijóo como presidente y máxima autoridad, ahora el cuestionamiento se abre paso. No empezará señalando al líder. Pero sí a la estrategia. Para terminar apuntando a sus equipos. Y siempre la más fea en todas estas cuitas: un problema de comunicación. Aunque esto siempre suele ser un atajo para no afrontar las cuestiones de fondo. El primer chivo expiatorio serán las encuestas. No sin razón.
Ahora Feijóo se enfrenta a un escenario al que no está acostumbrado. La gestión del proyecto no desde un Gobierno que controla por completo. Sino desde un escenario de profunda incertidumbre y con más cartas para estar en la oposición. Una realidad que se verá acompañada por el agrio sabor de la oportunidad perdida. Es algo que ya en la campaña de mayo y también ahora Feijóo ha alertado: «No nos lo perdonaríamos nunca». Porque una pregunta planea ahora sobre el universo del PP: Si no ha sido ahora, ¿cuándo?