Feijóo afronta una cita clave en Cataluña para impulsar su proyecto

Casi seis meses de lucha, desde que el PSOE registró la proposición de ley en el Congreso, que desembocan ahora en estas elecciones del 12 de mayo, que servirán de plebiscito para saber si esa oposición férrea al olvido legal de los delitos del 'procés' ha calado en la sociedad catalana.

El examen del PP llega en medio de la tormenta desatada por Sánchez, justo después de la cita con las urnas en el País Vasco y poco antes de los comicios europeos, convocados para el 9 de junio. Un buen test para medir la fortaleza de los populares, que aspiran a mantener la tendencia positiva de crecimiento experimentada en todos los procesos electorales desde que Feijóo llegó a la presidencia en la sede de la calle Génova.

Tras la subida modesta del País Vasco, el objetivo en Cataluña es mucho más ambicioso. Sobre todo, porque se parte de un suelo que se considera de mínimos. Los tres escaños que actualmente tiene el partido dan margen de crecimiento y así lo entienden en Génova. «Queremos ser la primera fuerza constitucionalista», explican las fuentes consultadas. Y eso pasa por superar a Vox, que en 2021 logró 11 escaños, ocho más que los populares. Pero no solo a ellos. Hace tres años los populares fueron los últimos del arco parlamentario, tras un ciclo que se inició en 2017, cuando el voto constitucionalista se concentró, primero, en Ciudadanos e Inés Arrimadas y, luego, en el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) y Salvador Illa.

Por eso, Feijóo se ha volcado con la precampaña catalana desde que Pere Aragonès convocó los comicios. Seis visitas en dos semanas, la última -este martes- coincidiendo con la celebración de Sant Jordi. De paseo por un centro de Barcelona tomado por rosas y libros, Feijóo apuntó al que va a ser uno de los ejes argumentales del partido para el 12-M: el PSC no puede ser el voto útil contra el independentismo cuando en realidad asume el mismo «planteamiento de soberanismo y de rupturismo», y aseguró que los socialistas no tienen proyecto para Cataluña, sino que su objetivo -en palabras de Feijóo- es que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, siga siéndolo.

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En declaraciones a los medios de comunicación este martes en el estand del PP por Sant Jordi en Barcelona, acompañado por el candidato popular a las elecciones catalanas, Alejandro Fernández, Feijóo advirtió que en las elecciones del 12-M hay dos modelos: el del PP, por un lado, y «otro rupturista, que hace pequeños a los pueblos y fractura la sociedad».

En esta línea, el candidato a la Generalitat apuntó, ayer en el primer debate electoral de los candidatos, que «lo fundamental ahora es cerrar la peor etapa de Cataluña» y, en su opinión, esto significa «que los protagonistas del 'procés' se vayan a la oposición». Para esto, el PSC tiene que 'desprenderse' de la necesidad que tiene de ERC. Fernández, además, recordó este viernes que Salvador Illa, candidato del PSC, lleva dando apoyo a las políticas de Aragonès en los últimos años. Pero no cerró la puerta a un apoyo condicionado a Illa.

En este contexto, en Génova tienen claro que el resultado del 12-M es clave para impulsar a Feijóo al Palacio de la Moncloa. Los populares necesitan de forma urgente tener músculo orgánico en Cataluña y compensar lo que consideran una de sus debilidades: la diferencia que el PSC saca al PP en las generales.

Un resultado que multiplique por cuatro o cinco lo obtenido en 2021; es decir, que el PP se vaya a entre los 12 o 15 escaños, podría dejar a Fernández en una situación decisiva para elegir al 'president'. Con estos parámetros trabajan en el equipo de campaña, que dirige Dolors Montserrat. Si los independentistas no suman 68 diputados el 12-M e Illa quiere ser presidente sin contar con ERC, el PP tendrá una posición privilegiada.