Expertos vaticinan un aumento de la migración desde Marruecos por el nivel de la catástrofe
Las comunidades subsaharianas varadas en el país afrontan una mayor vulnerabilidad en las zonas afectadas, muchas ya empobrecidas
La eficacia de la ayuda será clave: En 2022 se registraron 32,6 millones de desplazamientos en el mundo por desastres naturales
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Rutas migratorias a las Canarias
Esauira
OCÉANO ATLÁNTICO
Agadir
Arrecife
Santa Cruz
de Tenerife
Las Palmas
de Gran
Canaria
Yan-Tan
Puerto del
Rosario
El Aaiún
Boujdour
Desde
Mauritania
Desde
Senegal
100 km
Dajla
Fuente: Informe anual de CEAR 2023 / ABC

Rutas migratorias
a las Canarias
Esauira
OCÉANO ATLÁNTICO
Agadir
Arrecife
Las Palmas
de Gran
Canaria
Santa Cruz
de Tenerife
Puerto del
Rosario
Yan-Tan
El Aaiún
Boujdour
Desde
Mauritania
Desde
Senegal
100 km
Dajla
Fuente: Informe anual de CEAR 2023 / ABC
El terremoto que el viernes sacudió Marruecos ha tenido efectos devastadores en provincias ya de por sí empobrecidas y que tradicionalmente generan emigración hacia Europa, pero también en las áreas donde se concentran comunidades de países subsaharianos en tránsito o afincadas en condiciones de ... precariedad por falta de permisos de residencia. Distintos expertos consultados por ABC vaticinan que la catástrofe repercutirá a medio plazo en mayores flujos migratorios, sobre todo, si la ayuda no es rápida, eficaz y llega a quienes más la necesitan.
«Los alrededores del epicentro son zonas que llevan en el olvido muchos años, zonas rurales de difícil acceso y de las que estaba saliendo mucha gente cogiendo embarcaciones en Agadir con destino a Canarias. Es zona de migración de origen por las condiciones en que vive la población. Y en Marrakech, como en el entorno de las ciudades, hay muchas comunidades subsaharianas, cameruneses, guineanos... que son invisibles», explica la investigadora Helena Maleno, del colectivo Caminando Fronteras.
En conversación con ABC, expresa preocupación por estos perfiles y cita como ejemplo a las mujeres de lugares como la República Democrática del Congo que «se buscan la vida viviendo de la mendicidad». «Si ya las personas marroquíes en situación de empobrecimiento no existen, de las personas migrantes ni siquiera hay registro. Sólo sus compañeros saben quiénes faltan, sus embajadas no les están buscando», denuncia.
Pone el acento en el «lo siguiente a cuando pase la emergencia». «Muchas personas se han quedado absolutamente sin nada, y ya hemos tenido experiencias con que no llegasen ayudas al último territorio de Alhucemas. Tiene que llegar de verdad la ayuda a toda esa población, que son zonas de las que ya se marchan las personas porque no pueden sobrevivir allí, y que esa ayuda tenga impacto sobre las personas que están en tránsito», plantea.
Según el informe anual 2023 de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, las llegadas por vía marítima a Canarias descendieron un 30% el año pasado hasta un total de 15.682 personas en 155 embarcaciones, en su mayoría neumáticas. El viraje de la posición de España sobre el Sáhara Occidental implicó un mayor refuerzo de los controles de las salidas por parte de Marruecos, pero aún así, al cabo del año se consolidaba «la tendencia de la ruta desde el sur» del país, Tan Tan y Agadir, afectada por el seísmo. Un tercio de los pasajeros de esas balsas eran marroquíes.
Para el catedrático de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales de la Universidad San Pablo CEU Juan Carlos Jiménez Redondo, «a muy corto plazo la devastación del terremoto va a suponer una paralización de los flujos migratorios, pero tras este primer impacto de destrucción, es seguro que esto va empujar a muchos, sobre todo jóvenes, a dar el salto definitivo a la Península».
«Lo que vamos a ver es un reforzamiento de las rutas de migración marroquíes. No tanto en que se convierta en ese lugar de tránsito que ya es, sino que sea de expulsión de marroquíes», vaticina el experto. Recuerda que «la migración es un marco de expectativas» y «si a una expectativa positiva, aunque idealizada, se añade una perspectiva mediata de devastación, las reticencias o los miedos que pudieran existir a emprender camino acaban disipándose».

Considera que los primeros efectos de la catástrofe desde el prisma de los flujos migratorios podrían empezar a apreciarse «en no muchos meses, el periodo que significa volver a reactivar las rutas, repensar las expectativas, intentar rehacer una vida cuando los efectos más inmediatos han pasado». De ahí la importancia de la eficacia de la ayuda.
En cuanto a la población flotante de otros países, vaticina un horizonte similar. «Sufrirán más el impacto inmediato y las consecuencias de la precariedad y luego, se moverán. El terremoto lo que estimula a mi modo de ver es el papel de Marruecos como emisor de inmigración y país de tránsito. Nada indica que esto vaya a suponer un freno, la emigración es algo estructural, son procesos que no se detienen por elementos coyunturales», reflexiona.
La primera migración será interna
«Estamos seguros de que esta enorme tragedia va afectar, porque lo poco que tenía esta gente, los que han sobrevivido lo han perdido. Habrá una migración primero interna en Marruecos hacia las urbes y cómo no, hacia el exterior, hacia Europa. Es una consecuencia normal, estamos hablando de una gran zona afectada con muchísimas provincias y una población que vive ya en una cierta pobreza y ahora va a tener que buscarse la vida», comenta por su parte el profesor del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad Mohamed I, en Nador, Hassan Arabi.
En su opinión, no tiene por qué traducirse con una salida mayor de embarcaciones hacia Canarias desde las costas del Sur como Agadir, dado que entiende que el refuerzo de la vigilancia por parte de Marruecos ha reducido esa vía desencadenando que las rutas se desvíen hacia Argelia. «No creo que vaya a haber un gran flujo de inmigración irregular porque la primera que va a haber va a ser interna. Hay más de dos millones de personas afectadas», destaca.
Frente a la posibilidad de que sí sea significativo el número de marroquíes y otros nacionales que busquen camino a Europa tras la tragedia, tanto Arabi como Jiménez Redondo insisten en la necesidad de repensar las respuestas porque la emigración ya no tiene sólo un empuje de desarrollo económico o por conflicto bélico: todos los indicadores internacionales apuntan a cada vez mayores movimientos de migración forzosa por catástrofes o fenómenos naturales.
Migración forzosa
Según la Organización Internacional de las Migraciones, en 2022 los desastres provocaron 32,6 millones de nuevos desplazamientos en el mundo, la cifra más alta de la última década y un incremento del 41% sobre la media anual registrada desde 2012, como recoge el Portal de Datos sobre Inmigración.
«La emigración ahora tiene muchas más causas. En las últimas décadas estamos asistiendo a una migración medioambiental causada por fenómenos naturales, como prolongadas sequías, terremotos en lugares donde no se habían producido nunca como en las montañas del Atlas en Marruecos, inundaciones.. La migración medioambiental va a tener que hablarse en los próximos años porque es una migración forzosa», subraya el profesor de la Mohamed I y antaño presidente de una asociación en España para la integración social de los inmigrantes.
Maleno incide en este sentido en que «el sistema de protección internacional está caduco y no contempla las razones que expulsan a las poblaciones de sus territorios». Urge a revisar postulados «y dejar de estigmatizar a los llamados inmigrantes económicos», así como a «poner al día los sistemas de protección».
«Tenemos la opción de cerrar los ojos y seguir considerando los elementos de inmigración como hace cincuenta años y calificándolos jurídicamente como ilegales, pero la consecuencia es que tenemos en los países europeos cientos de miles de personas en situación de limbo. Alguna solución tendremos que dar más imaginativa de la que hemos dado», apostilla Jiménez Redondo.
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