Expertos en Inteligencia: «Los servicios extranjeros saben aprovechar nuestras debilidades»
La estructura de Inteligencia apenas ha evolucionado desde la dictadura
Inteligencia española: una decena de organismos sin coordinación y duplicados
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Claves | Por qué es el momento de abordar una gran reforma del sistema

La estructura de la comunidad de Inteligencia interior española, más allá de los nombres y organismos de coordinación creados con buenas intenciones pero con una utilidad manifiestamente mejorable, «apenas ha evolucionado desde la dictadura». La reflexión la hacen responsables pasados y actuales de este sector ... , que además advierten de que esta situación «provoca debilidades que son aprovechadas por los servicios extranjeros en su propio beneficio».
Una de estas fuentes consultadas por ABC lo tiene claro: «El modelo de seguridad interior tiene disfunciones que deben ser corregidas para que no se conviertan en debilidades y eso exige una reforma». En opinión de este experto, con decenas de años de trabajo en este sector, «el hecho de que varios servicios de Inteligencia e información, incluidos los correspondientes a las policías autonómicas, trabajen sobre los mismos fenómenos presenta dos problemas preocupantes: una competencia innecesaria entre ellos, lo que supone duplicidad de esfuerzos, de recursos humanos, técnicos y presupuestarios, además de la no compartición de información e inteligencia de interés; y el aprovechamiento de la situación por los servicios y agencias internacionales, que conocen bien nuestras disfunciones y las aprovechan en su beneficio».
«Perplejidad»
«Lo cierto –añade esta fuente– es que todo esto genera perplejidad en los servicios extranjeros, pero también deriva en una falta de credibilidad y profesionalidad que afecta al buen funcionamiento de nuestro sistema de seguridad. ¿Es admisible?».
«Cuando hablamos con servicios extranjeros –detalla otra fuente, también con mucho años de servicio–, no comprenden bien por qué se mantiene este modelo. Pero lo peor es que lo que para ellos en principio es un problema, porque tienen que hablar con varios organismos a veces por un mismo tema, lo convierten en una fortaleza, pues comparten una mínima información con cada uno de ellos y a cambio la reciben de todos, que además se esmeran porque quieren tener mejores relaciones con su interlocutor que su 'competencia' interna. En resumen; reciben mucho más de lo que dan y esa es una debilidad evidente para España que ellos aprovechan».
La decena de fuentes consultadas coinciden: «Tiene que haber una única agencia interior, en la que participen los distintos servicios, y otra exterior, que debería ser el actual CNI, coordinados por una sola autoridad nacional de Inteligencia, que en España no existe de facto, aunque sí sobre el papel. Por eficacia y también para aprovechar mejor los recursos».
«Si supiesen los distintos servicios, incluido el CNI, los objetivos genéricos y concretos que se les puede encomendar, y por tanto pedir cuentas, nadie se quejaría de una posible limitación de competencias. Ahora todo es de todos, se 'picotea' por razones de oportunidad en objetivos en los que suelen coincidir y del resto nadie quiere saber nada», explica otro experto con muchos años de trayectoria y que ha estudiado a fondo este tema.
«En España, por desgracia, continuamos con la misma estructura de hace décadas que, si bien, ha sido muy eficaz contra el terrorismo, necesita de forma urgente una reestructuración que la adecue a las necesidades actuales», sostiene otra fuente, que propone: «El CNI debe dedicar todas sus capacidades a la Inteligencia exterior para potenciarla. En cuanto a la interior, debe estar a cargo de un único servicio en el que estén integrados la Policía, la Guardia Civil, la Ertzaintza y los Mossos D'Esquadra y así conseguir una mayor eficiencia en el desarrollo de sus funciones».
Adscripción
Más allá del modelo básico de una agencia de Inteligencia exterior, otra interior y una tercera militar, por encima de la cuáles estaría un mando único, sobre la adscripción de los servicios hay opiniones distintas, aunque la más extendida es que el servicio exterior dependa de Presidencia o Exteriores, pero nunca de Defensa, que tiene su propio centro, y el de Interior, de ese departamento. Por supuesto, el mando único estaría en Presidencia o, como mucho, Vicepresidencia del Gobierno.
Todos los expertos consultados se sorprenden de que este debate, que tiene un calado enorme, no preocupe lo más mínimo a los políticos: «Hasta que suceda algo grave y entonces pregunten cómo ha sido posible».
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