Estupor en Sumar ante el movimiento de Yolanda Díaz: «Nadie entiende nada»

Desde el entorno de la ministra de Trabajo asumen que sus declaraciones de ayer martes por la tarde en Suiza fueron un «error de comunicación», ya que «no se entendió ni (Yolanda Díaz) se explicó bien». La vicepresidenta, justifican fuentes de este mismo entorno, no quiso dar a entender que reculaba en su decisión de abandonar sus funciones orgánicas dentro del partido, registrado como Movimiento Sumar, tras la debacle en las europeas. Algo, defienden, que hizo en un ejercicio de asunción de responsabilidades después de obtener 3 escaños, uno más que Podemos y los mismos que el antisistema Alvise, y dejar fuera por primera vez en la historia a Izquierda Unida (IU), que iba cuarto en las listas.

Dentro del propio Movimiento Sumar y de muchos de los partidos que van en coalición con él, visualizan a Díaz como una futura líder en la sombra. Asume responsabilidades al tiempo que no asume ninguna, pues no deja formar parte de la Ejecutiva del partido -pese a la insistencia de su entorno en que se queda como «una más» y ya no será ella la que tome las decisiones-, al igual que tampoco suelta la Presidencia del Grupo Parlamentario en el Congreso, ni la Vicepresidencia Segunda y el Ministerio de Trabajo, abriendo otra grieta más en el Gobierno de coalición progresista en el que Díaz concentrará todos sus esfuerzos a partir de ahora para que la legislatura de Sánchez «eche a andar». Más allá de una actitud de «respeto» hacia la decisión de la ya exdirigente de Sumar, el socio mayoritario del Ejecutivo no se ha pronunciado sobre su maniobra. En la sesión de control al Gobierno de este miércoles, Pedro Sánchez y su número tres ni si quiera se han mirado cuando se han sentado en sus respectivos escaños.

Díaz ha contrarrestado su aparente ausencia de sintonía con el líder del Ejecutivo, entrando al hemiclo arropada por los otros cuatro ministros de Sumar -Sira Rego, Pablo Bustinduy, Mónica García y Ernest Urtasun-. A punto de que el reloj marcarse las doce del mediodía, y mientras se debatía su reprobación en el hemiciclo por sus posicionamientos contrarios al Estado de Israel, Díaz se encontraba reunida en una de las salas de la Cámara Baja con el portavoz de su grupo parlamentario, Íñigo Errejón, y el del partido, Urtasun. Ambas figuras han descartado postularse como sustituto de la ya exlíder orgánica del espacio. El titular de Cultura ha sido el primero en abandonar la reunión, que ha durado unos 20 minutos y de la que no han trascendido detalles, saliendo a la carrera por los pasillos del Congreso en su propósito de esquivar a los medios.

Al estupor de no comprender un movimiento «que nadie le había pedido» y al «fallo comunicativo» entre el partido y Díaz, se unen las discrepancias en torno a la nueva organización de un espacio ahora descabezado y sobre todo, a quién o quiénes van a llevar sus riendas en esta nueva etapa que arranca mañana jueves con la reunión del Grupo Coordinador de Sumar, que se celebrará en el Espacio Rastro de Madrid a las 17.00 horas, en de la que a priori no saldrá ningún nombre a priori, explican enfriando las expectativas. Compuesto actualmente por 80 miembros, sobre él recaen funciones de proponer y aprobar un nuevo coordinador general en caso de renuncia del actual. No obstante, en la composición actual de este órgano no figuran IU, Más Madrid o los comunes, a los que se reservaba una cuota del 30 por ciento y cuya entrada se paralizó debido a tensiones surgidas por la negociación de las listas de los comicios comunitarios. Otros como Compromís renunciaron directamente a formar parte de la dirección de Sumar.

El portavoz del grupo parlamentario, Íñigo Errejón, ya insitió el martes en que la vicepresidenta continuaba siendo su «mayor activo político y electoral», y que no había nombres sobre la mesa porque no la van a reemplazar «políticamente». Ella misma ha dejado, además, la puerta abierta a presentarse como candidata a unas futuras elecciones. Otras fuentes del espacio aseguran que la dirección no va a nombrar a ningún sustituto, si no que apuntan a una especie de gestora interina -que ni siquiera denominarán así para evitar confusiones con las creadas por los socialistas en situaciones críticas- que dé lugar a un posterior modelo bicéfalo e incluso tricéfalo. Lara Hernández, actual secretaria de Organización y número 2 de Sumar, entre los nombres más sonados para convertirse en una de las posibles cabezas.

Fuentes cercanas a Yolanda Díaz hablan, sin embargo, de un proceso de relevo rápido, que va a llegar «pronto» para evitar prolongar este periodo de interinidad. Al contrario que en el partido, adelantan que sí se va a elegir a un «sustituto» -aunque primero va el cómo y después el quién, apuntan- para que asuma la gestión del espacio y de las relaciones con los partidos que lo integran. Este último es precisamente uno de los principales problemas a resolver a partir de ahora, pues las formaciones integradas en la coalición reclaman mayor «horizontalidad» para conseguir de una vez por todas que el proyecto despegue. En Sumar hay quien considera que los múltiples vetos cruzados entre los partidos «y así es muy difícil armar algo».