Menos política, más principios y voz a los profesores
El diagnóstico es claro: hay una evidente crisis de valores que es preciso atajar. La escuela y la familia, estrechamente unidas, están llamadas a revitalizar la sociedad, porque el problema no es simplemente económico
M. HERNÁNDEZ
1. ¿Cree que existe una crisis de valores en la sociedad?2.¿Qué responsabilidad tiene la educación?3. ¿Cómo debe ser la relación entre la familia y la escuela para recuperarlos? A. RODRÍGUEZ-CAMPRA, Presidente de la Confederación de Centros de Enseñanza (CECE)
1. ... Sí. En la escuela española advertimos problemas muy importantes, aparte de los ya conocidos como la ambigüedad moral, la indisciplina, la falta de una cultura del esfuerzo, etcétera, que no son sino un reflejo de lo que ocurre en la sociedad. Esta crisis de valores se ve agravada por el hecho de que las leyes educativas acrecientan el problema ya que han dejado en el tintero conceptos como «cultura del trabajo», «esfuerzo», «calidad», «excelencia», «respeto» o «autoridad». 2. Tiene mucha responsabilidad. El número de alumnos que acaban con normalidad nuestro sistema educativo es mínimo. Ante tan paupérrimos resultados nuestro sistema educativo anda inmerso en la burocracia y en el capricho de diecisiete legislaciones autonómicas. Y, con estos graves problemas, seguimos discutiendo si son galgos o podencos.
3. Familia y escuela deben ir de la mano; no entendemos una escuela sin la unidad necesaria con la familia; así, el trabajo entre el profesor y la familia debe ser conjunto. Esta estrecha relación es condición indispensable para la calidad educativa. Por eso, una buena educación precisa de familias coherentes y de escuelas muy profesionales. ALFREDO DAGNINO GUERRA, Presidente de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU
1. Sin lugar a dudas nos encontramos inmersos en una profunda crisis. Una crisis que tiene sus expresiones en el orden social, económico, político y cultural, pero que tiene una dimensión profundamente moral. En la raíz misma de tantas preocupaciones, desde la cultura hasta la economía, desde la familia, a la escuela y a la universidad, a la falta de respeto a la vida y a la dignidad humana, hay una crisis mucho más angustiosa: la quiebra moral profunda de los principios y valores cristianos.
2. En este contexto de quiebra moral, debemos saber recuperar y saber transmitir las certezas morales esenciales, las reglas de vida, las respuestas a las preguntas fundamentales que se hace todo hombre y que aspira a ser feliz a través de la educación. Una educación en libertad y al servicio del hombre.
3. La educación tiene que empezar en el hogar, en las familias, en la escuela doméstica, que es la primera transmisora de las virtudes humanas y morales, y que pasa, entre otras cosas, por que los padres y las familias asuman la responsabilidad que les corresponde primariamente y de manera indelegable. Una educación digna de tal condición impide que el Estado pueda adoctrinar o asumir la posición de educador moral. ANTONIO AMATE CRUZ, Secretario General de la Federación de Enseñanza de Uso
1.Las cosas no funcionan por la excesiva politización de las cuestiones educativas, que acaba empañando las acciones tanto del Ministerio como de las Autonomías. Poco importa avanzar en la calidad de la educación ni conseguir un sistema abierto, flexible, plural. Interesa especialmente el control no sólo de lo que estudian los alumnos sino también de la libertad de los padres y de la sociedad civil.
2. Es cierto que quizás sea en la escuela en uno de los pocos lugares donde se intenta formar a los alumnos en unos valores humanos, sociales, solidarios, que luego, por desgracia, no se fomentan en el resto de la sociedad. En este sentido, la labor que desarrollan miles de docentes es muy meritoria, pues son un claro antídoto a lo que, con todo tipo de ventiladores, se difunde sin parar desde diferentes fuentes.
3.Desde la USO pensamos que debe darse más protagonismo a los profesionales de la educación, que son los que de verdad saben cómo corregir los puntos débiles de nuestro sistema educativo. Flaco favor hacemos a la educación si la manera de prestigiar el trabajo de los docentes es aplicándoles unos recortes salariales injustos. JUAN ANTONIO OJEDA ORTIZ, Secretario General de Escuelas Católicas
1. La crisis que vivimos no es una mera crisis económica, sino que es también una crisis de valores que afecta a los cimientos de la sociedad y a la dignidad de las personas. Es necesario alumbrar nuevos valores y priorizarlos adecuadamente para que reconstruyamos la sociedad en fundamentos más justos, solidarios, sostenibles y respetuosos con la diversidad. 2. No debemos culpar a la educación de todos los males de la sociedad. Siempre es la parte débil de todo el sistema social a la que se la culpa de todo, se la diagnostica poco, se la dota de escasos y pobres recursos, y continuamente se la recorta y arrincona. Los centros carecen de autonomía y actúan de forma fragmentada, sin proyecto y sin una orientación clara, sufriendo la inestabilidad legislativa y el capricho de la clase política.
3. La tarea educativa es una tarea colectiva, no se debe ni se puede realizar de forma fragmentada. La colaboración entre la escuela y la familia y con otros sectores (servicios sociales, parroquia, etc.) es esencial. Es necesario compartir conocimientos, experiencias y valores, y aunar voluntades en torno a un proyecto común.
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