Defensa reacciona a las críticas de Ucrania: enviará más material y adiestrará tropas

La reacción de Defensa se produce tras las severas críticas que el representante diplomático realizó ayer y coinciden con la conmemoración del sexto mes de guerra en Ucrania y el día en que se independizó de la Unión Soviética, hace ya 31 años.

Entre el material que se enviará a Ucrania para combatir a las fuerzas rusas se encuentra artillería de campaña con capacidad de más de mil disparos de largo alcance. Los veinte TOA M-113 del Ejército de Tierra que anunció la ministra Robles a principios de este mes están incluidos en esta serie de envíos que comenzarán, en principio, en septiembre. España prevé retirar del servicio 650 unidades a partir de 2035.

Nuestro país también entregará un sistema de misiles de defensa Nasams «a punto y a disposición de las autoridades ucranianas». Según fuentes del Ministerio de Defensa, el material enviado será donado, tal y como pedía Kiev, ya que España pertenece al «grupo de donantes» para ayudar al país en defensa de su territorio frente a la invasión rusa. Junto al material armamentístico, serán enviadas mil toneladas de gasoil por importe superior a dos millones de euros y más de 60.000 piezas de vestuario y equipamiento para combatir la llegada del invierno.

Este nuevo esfuerzo de España llega con retraso. Pese a los múltiples anuncios, el Ejecutivo de Sánchez lleva más de tres meses sin suministrar ayuda militar a Ucrania. El último envío data del 4 de agosto y consistió en dos toneladas de raciones de combate que sirvieron para alimentar a las tropas ucranianas, pero no suplieron el armamento bélico pesado prometido desde el inicio de la contienda.

Durante estos seis meses de guerra, el Ministerio de Defensa se ha caracterizado por mantener una opacidad casi total sobre los envíos militares a suelo ucraniano por «estrictas razones de seguridad», aunque desde este departamento se insistía ayer en que «en todo este tiempo, nuestro país no ha dejado de enviar material defensivo y ofensivo». No obstante, datos del Instituto Kiel y el centro de investigación SIPRI sitúan a España como el quinto país que menos ayuda a Ucrania de las 37 potencias que lo hacen: apenas ha dedicado el 0,3% de su presupuesto de Defensa.

«Estos seis meses han demostrado que Ucrania no solo ha resistido, sino que va a ganar y va a aguantar hasta la victoria». Así comenzó el discurso del embajador ucraniano en España Serhii Pohoreltsev con motivo del 31 aniversario de la independencia de la antigua Unión Soviética.

Para Kiev, «la palabra de Putin no vale nada», así que solo les queda defenderse. Pohoreltsev insistió en la necesidad de suministro de armamento pesado español al pueblo ucraniano, dejando claro que agradecen a las autoridades la ayuda recibida, pero que no puede decir que estén «satisfechos» con lo aportado hasta la fecha, ya que no tienen «todo lo necesario» ni «todo lo que España podría haber sido capaz de dar». «Si tuviéramos todo ese armamento pesado, podríamos ganar más rápido la guerra y recuperar todos los territorios», apuntó a modo de reprimenda. «Lo ideal sería conseguir ayuda militar gratuita», aunque no descartan otras opciones como la compra de tanques. El diplomático insistió en que España no ha entregado material militar alguno desde principios de mayo.

El pasado martes, Robles ya adelantó que Ucrania está interesada en comprar carros de combate tipo Leopard «modernos», entre otros, a España y ante la previsión de que la guerra será «larga, muy difícil y cruel». Como respuesta a las recientes críticas del PP debido a los ya mencionados retrasos en el envío de tanques, Robles pidió «máxima prudencia y discreción», además de asegurar que «la colaboración de España es absoluta, total». Mientras tanto, los populares expresaron su preocupación por que España se convierta en el «hazmerreír internacional».

No es la primera vez que Defensa justifica el retraso del envío de armamento pesado. El pasado 2 de agosto, Ucrania recibió un nuevo jarro de agua fría: la ministra confirmó durante su visita a la base aérea de Torrejón que los Leopard –almacenados en Zaragoza desde hace una década– que se barajó ceder estaban en un estado «lamentable», aunque abrió la puerta a la donación de la veintena de vehículos blindados TOA que se anunciaron ayer.

Al episodio de los carros de combate Leopard a finales de julio hay que sumarle las 200 toneladas de munición que apenas duraron «para dos horas de combates intensos» o la llegada del buque Ysabel con solamente 30 camiones y una decena de vehículos armados ligeros.