El Gobierno presume de apoyar a Ucrania pero envía material residual
Robles mantiene «discreción» sobre nuevos cargamentos mientras el embajador presiona: «A ver si esta vez tenemos más éxito»

Han pasado más de cinco meses desde que el 24 de febrero fuerzas rusas invadieron Ucrania. Aunque en un primer momento los países europeos no veían demasiado bien enviar armamento para ayudar al gobierno de Volodímir Zelenski y decidieron optar por la vía ... diplomática, los reiterados ataques rusos y el sinfín de víctimas finalmente acabaron desencadenando los primeros envíos de armas. «España entregará a la resistencia ucraniana material militar ofensivo», afirmó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados tras semanas de roces internos con sus socios de Podemos, quienes se han mostrado contrarios a esa medida desde el comienzo de la guerra.
Desde aquel primer anuncio, España ha enviado desde lanzagranadas, cartuchos de fusiles o ametralladoras hasta camiones y vehículos militares ligeros. El último gran cargamento salió a bordo del buque de la Armada española Ysabel con más de 200 toneladas de material militar que el presidente Sánchez promocionó desde Kiev tras reunirse con el presidente Zelenski. Pero nunca se ha enviado armamento pesado, una cuestión que el presidente ucraniano ha reclamado en numerosas ocasiones no solo a España, sino también a los países europeos, para poder hacer frente a las condiciones de batalla a las que se enfrenta el pueblo ucraniano. Agradecen el material recibido, pero piden más.
El embajador ucraniano Serhii Pohoreltsev ya afirmó en una ocasión que la munición enviada por España sirvió tan solo «para dos horas» de combate intenso. «Estamos agradecidos, pero no podemos decir que estamos satisfechos», confesó entonces. Ayer volvió a reunirse con la ministra de Defensa, Margarita Robles. Lo hace casi semanalmente, afirmó la propia ministra, quien aseguró que seguirán haciendo lo que entra dentro de las «posibilidades» de España. El embajador ucraniano volvió a reiterar a la titular de Defensa que necesitan más armamento. «La situación sigue siendo muy complicada, nos sigue atacando el enemigo y por eso necesitamos más armas para poder resistir», expresó Pohoreltsev, quien aseveró que «si uno quiere ayudar siempre encuentra forma de hacerlo». Y añadió: «Esperamos tener más éxito».
Hasta este martes, todas las miradas estaban puestas sobre los tanques Leopard 2E, unos carros de combate de carácter pesado de origen alemán que se encuentran desde el año 2012 en Zaragoza sin ningún tipo de uso. El Gobierno barajó mandar algunos a Ucrania, una cuestión que llegó a enfadar al propio Olaf Scholz, canciller de Alemania, puesto que según la regulación germana todo aquel material militar de fabricación alemana que vaya a ser entregado a terceros y en una zona de conflicto deberá tener un consentimiento explícito del Gobierno teutón. Y en este caso concreto, Alemania aún no se había decantado a favor de enviar armamento de carácter pesado a Ucrania.
Tras dos meses de idas y venidas, Robles acabó anteayer con los interrogantes sobre este posible envío y afirmó que el estado de los tanques es «lamentable» y que ni siquiera podría realizarse su puesta a punto. «Serían un riesgo para las personas», manifestó la ministra de Defensa. Es fundamental en este asunto diferenciar entre los carros Leopard y los Leopardo del Ejército de Tierra. Los primeros, que eran los que se sopesaba enviar a Ucrania, fueron comprados a la empresa armamentística de Alemania Krauss-Maffei-Wegmann y hace diez años que permanecen almacenados en la base logística de Casetas, en Zaragoza. Los Leopardo, que sí están en pleno funcionamiento, son los carros que España empezó a fabricar con la autorización de Alemania y que a día de hoy tienen todas las unidades del Ejército, incluidos los que nuestras tropas manejan en la misión permanente de la OTAN en Letonia.

«Lo que hay almacenado en Casetas son los antiguos Leopard, que llevan sin usarse desde hace diez años. No son tan modernos ni están en condiciones como los Leopardo que están en servicio. Los Leopard permanecían en Casetas pendientes de su destino final que, visto lo visto, seguramente será una baja», explica a ABC un experto en mantenimiento de estos carros. Al parecer, «había algún tipo de acuerdo para ponerlos en funcionamiento, pero supone invertir millones de euros y saldría más rentable darlos de baja»: «Los carros no están en condiciones y eso es un problema ahora mismo, porque ponerlos en marcha implica destinar mucho dinero y gente para ello». De momento, no se baraja enviar a Ucrania los Leopardo españoles porque forman parte de unidades que están en activo.
Próximos envíos
Fuentes militares afirman que unos cascos enviados a Ucrania por el ministerio fueron rechazados primeramente por el Ejército al no reunir las condiciones exigidas. Una fuente que gestionó aquel envió se mostró ayer muy sorprendida sobre la posibilidad de que ese material no proteja y aseguró que la empresa que fabrica esos cascos certifica que resisten y protegen durante diez o quince años. En el caso de los que se enviaron «no están caducados ni dados de baja» y aseguró que son los mismos que utiliza el Ejército aquí. «Obviamente un casco no protege de todo, estos son contra metralla y disparos de fusiles y pistolas. De un misil es difícil que puedan proteger», concluyó.
Preguntada ayer por posibles nuevos cargamentos, Robles prefirió guardar silencio. Tras su reunión con el embajador Pohoreltsev, expresó que la decisión será tomada «con máxima prudencia y discreción». Lo mismo mantiene el Ministerio de Defensa, desde donde deslizaron ayer a este periódico que, sobre este asunto, se ciñen a lo dicho por la ministra, argumentando que se trata de un tema delicado. Lo que sí pudo concretar la titular de Defensa es que se está preparando un envío de abrigos para los soldados ucranianos de cara a un «duro» invierno. Nada de material ofensivo.
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