Arturo Cubillas: «¿Va a ser delito que dos vascos se reúnan en Venezuela?»

Sin corroborarlo, deja caer este dato en la primera parte de la entrevista publicada, después de que Cubillas alegase frente a la Fiscalía venezolana que los etarras pudieron estar sometidos a "torturas", una acusación semejante a la que verbalizó el embajador de Chávez en España, Isaías Rodríguez.

Lo primero que el entrevistador pide a Cubillas es que se identifique. "Arturo Cubillas es un venezolano de origen vasco, que llegó a este país como deportado político vasco (...). Hoy es un ciudadano que tiene derecho a trabajar, a opinar, a soñar, a ser solidario con quienes en cualquier rincón del mundo luchan por la soberanía, por la independencia de los pueblos y en ese otro mundo posible y urgentemente necesario".

El etarra que está casado con una funcionaria al servicio del Gobierno bolivariano defiende también el derecho del País Vasco a decidir sobre el nivel de autonomía que desean y que esa decisión "sea respetada por los estados español y francés". Cuando se le interroga por si se puede lograr la independencia por medios pacíficos, Cubillas echa balones fueras: "¿Hay condicones para que el pueblo palestino llegue a la independencia sólo por medios pacíficos? ¿Y el pueblo vasco, y el kurdo? Una buena pregunta para que responda el Gobierno español sería: ¿Aceptarían ustedes la independencia de Euskal Herria si el pueblo vasco así lo decide?".

Ambiguos matices al margen, el terrorista dibuja un panorama para sus conciudadanos venezolanos (Cubillas tiene la doble nacionalidad) muy negro en el País Vasco: "Se han cerrado dos diarios, una radio y dos revistas. Se han ilegalizado organizaciones juveniles y de derechos humanos, se encarcela a los abogados de los presos políticos, se tortura a los detenidos, se secuestra y asesina a militantes vascos". Y capítulo a las críticas al resto de medios, como nuestro periódico: "Ésa es la realidad que vive Euskal Herria, y no la que cuenta El Mundo, El País, ABC o la televisión española. No somos los vascos los que introdujimos la violencia en el conflicto que nos enfrenta con el Estado español, sino el Estado español el que ocupó nuestro país por las armas".

El terrorista reafirma, al ser cuestionado sobre si cree en la lucha armada, que cada pueblo tiene el "derecho a utilizar las formas de lucha que crea necesarias para liberarse, hace 200 años y ahora". Es peligroso, a su juicio, plantearlo como una dicotomía: lucha armada sí o no. Rubrica, además, que cuando entró en el país de Chávez en 1989 no llevaba ni pasaporte ni le dieron cédula de identidad, por lo que sí existía acuerdo bilateral para su deportación desde España hasta Iberoamérica. Además de equiparar en varias ocasiones durante la extensa entrevista el conflicto israelo-palestino con el "vasco-español", Cubillas niega la mayor, pero no su relación con los etarras Xabier Atristain y Juan Carlos Besance que le apuntaron en sus declaraciones en un proceso que instruye el juez Eloy Velasco en la Audiencia Nacional. "Tratan de convertir en delito el hecho de que supuestamente estas dos personas estuvieron en Venezuela (en alusión a los dos etarras) y ahí es donde uno se pregunta: ¿Va a ser ahora delito que un vasco que vive en Venezuela se reúna con otro vasco que llega al país?", dice, y asegura que nunca ha dado "cursos de manejo de explosivos", que nunca ha estado "en Guasdualito", y bromea: "Pero de tanto que lo nombran, tendré que ir algún día".

La última versión con la que se queda Cubillas sobre lo que pasó en los vericuetos de las declaraciones de Atristain y Besance es la ofrecida por el letrado de ambos: "Les obligaron a aprenderse de memoria una declaración en la que decían que habían estado en Venezuela entrenando y fueron torturados para que lo hicieran". Se reubica en su momento de aterrizaje en Venezuela, el 29 de mayo de 1989, cuando menta que "pasados los primeros días de despiste", los vascos que desembarcaron con él en el país se fueron colocando en diferentes ciudades y trabajos. Y dato para más polémica: "Por cierto, que uno de mis primeros trabajo fue en una empresa de construcción de capital español. Lo curioso es que uno de los socios de la empresa era el Ministro de Defensa español (entonces, del Gobierno de Felipe González) y eso no fue un escándalo".

Sin palabras ni calificativos se queda uno cuando lee la opinión de Cubillas sobre la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT): "Forma parte de ese entramado de organizaciones de extrema derecha que gravitan en torno al Partido Popular". Y apunta a Ángeles Pedraza, actual presidenta de la asociación y que perdió a su hija Miriam en los atentados del 11-M. "Si la presidenta de la AVT busca castigo para los asesinos de su hija , que busque en las filas del Partido Popular".