¿Qué consiguen Junts y ERC al formar grupo propio en el Congreso?

La cuestión es que, pese a que los dos partidos independentistas consiguieron representación parlamentaria en los últimos comicios —7 diputados cada uno—, no cumplen con los requisitos mínimos que establece el Reglamento de la Cámara Baja para contar con grupo diferenciado en el hemiciclo. A pesar de esto, y a la espera de lo que hagan los socialistas, Sumar ya ha dado el paso para permitir que ERC disfrute de las ventajas que supone evitar el Grupo Mixto, donde se integran los diputados de las formaciones que no alcanzan el umbral fijado en la norma.

Según cita dicho reglamento en su artículo 23, «los diputados, en número no inferior a quince, podrán constituirse en Grupo Parlamentario». Primera de las condiciones que no cumplen ni Junts ni ERC. Sin embargo, este establece que sí podrán tenerlo aquellas formaciones que , «aun sin reunir dicho mínimo, hubieren obtenido un número de escaños no inferior a cinco y, al menos, el 15 por 100 de los votos correspondientes a las circunscripciones en que hubieren presentado candidatura o el 5 por 100 de los emitidos en el conjunto de la Nación».

Es en esta segunda derivada donde hay que fijarse para entender la cesión de Sumar. ERC ni tiene 15 diputados, ni consiguió el 15 por cien de los votos en las circunscripciones —todas las catalanas— donde presentó candidatura, ni tampoco el 5 por cien de los emitidos a nivel nacional. Por eso, el partido de Yolanda Díaz ha cedido a su diputada por Gerona, Jùlia Boada, y al de Tarragona, Félix Alonso, para que así en el momento de la inscripción puedan cumplir con la segunda de las condiciones (15 por cien de los votos en las circunscripciones donde presentó candidatura) que marca la norma.

El movimiento de Sumar para facilitar el Grupo Parlamentario de ERC no es novedoso. Estos bailes de escaños que permiten a formaciones que no cumplen con los criterios constituir su Grupo Parlamentario ya se han producido en anteriores legislaturas, aunque de formas diversas. Su validez responde a una interpretación flexible de la norma por parte de la Mesa del Congreso, puesto que el reglamento no hace referencia explícita a la medida.

Así, mediante esta, los partidos acceden a una serie de ventajas de las cuales no podrían disfrutar íntegramente de tener que incorporarse al Grupo Mixto, la alternativa que queda a aquellos que no alcanzan los umbrales fijados y donde 'el pastel' debe de repartirse proporcionalmente.

La primera de ellas afecta al bolsillo. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 28 del Reglamento, el Congreso pone a disposición de los Grupos «una subvención fija idéntica para todos y otra variable en función del número de Diputados». El régimen económico de la Cámara, actualizado el pasado mes de junio, fijaba una paga mensual 30.346,72 euros, además de una variable de 1.746,16 euros por diputado. Acorde a esto, ERC recibirá en la próxima legislatura más de 46.000 euros mensuales tras el apoyo brindado por los de Yolanda Díaz.

Pero, más allá de la variante económica, contar con Grupo Parlamentario es muy relevante a la hora de tener una mayor presencia en el debate político. La formación que logra constituirlo garantiza su presencia en todas las comisiones parlamentarias y la Diputación Permanente, un representante en la Junta de Portavoces y la capacidad de intervenir en igualdad respecto al resto de Grupos —independientemente del número de diputados— en los debates en la Cámara Baja.

Junto a esto último, también es preciso destacar como elemento importante a la hora de influir en la agenda, las mayores capacidades para entrar en los cupos de preguntas e interpelaciones al Gobierno durante la sesión de control, o incorporar proposiciones no de ley en los plenos.