El Congreso inicia la reforma para poder retirar credenciales de prensa con el rechazo de PP y Vox

La iniciativa, suscrita por siete de los nueve grupos parlamentarios y rechazada firmemente por los otros dos, PP y Vox, nace tras las protestas de periodistas y asociaciones de prensa después de aguantar años de deterioro en el normal desarrollo de su trabajo, provocado principalmente por trabajadores de EDATV y de 'Periodista Digital' que frecuentemente protagonizan interrupciones en las ruedas de prensa, insultos, enfrentamientos y señalamientos personales en redes sociales con alusiones tergiversadas.

La reforma del Reglamento del Congreso pretende modificar dos cuestiones: una, la extensión de los supuestos para solicitar el voto telemático, parece generar cierto consenso —solo el PP ha criticado que es «discutible por excesiva»—; y otra, la posibilidad de que en casos extremos se retire la credencial de prensa a quienes desde la izquierda se ha venido a definir como «pseudomedios», en alusión a los mencionados EDATV y 'Periodista Digital', ha generado una gran discusión ética e ideológica desde posiciones completamente enfrentadas.

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La propuesta, tomada este martes en consideración, podrá ser enmendada por los grupos parlamentarios, pero inicialmente plantea una serie de infracciones leves, graves y muy graves acompañadas del pertinente régimen sancionador. La iniciativa surge en respuesta a una protesta de periodistas parlamentarios el pasado 26 de febrero, liderada por la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP), después de que incluso se llegase a amenazar con la difusión del domicilio de una compañera.

Desde entonces se han producido otros incidentes, como la semana pasada, cuando un trabajador de 'Periodista Digital' al que no se le había concedido el turno de palabra interrumpió la comparecencia de la portavoz de Sumar en el Congreso, Verónica Martínez Barbero, primero preguntándole por Mónica Oltra y, después, llegando incluso a proferir insultos —«sinvergüenzas»— contra las responsables de prensa del grupo parlamentario. La rueda de prensa se canceló y, en protesta, la inmensa mayoría de periodistas decidieron no asistir al resto de las programadas el martes pasado.

Se considerarán muy graves: la inclusión de información falsa en un elemento esencial de la solicitud de una credencial; las faltas de respeto, insultos y descalificaciones en el Congreso y las zonas de acceso al mismo; la grabación de imágenes o audios por medios ocultos o en los despachos de los miembros de la Cámara Baja así como zonas reservadas a los grupos; la grabación de imágenes y sonidos sin autorización de la Cámara Baja o fuera de los espacios habilitados que contengan datos de carácter personal o vulneren la intimidad; e interrumpir el orden de las sesiones parlamentarias. Todos estos supuestos implicarían la pérdida de la credencial de tres meses a cinco años o de forma definitiva en casos extremos.

Todos esos antecedentes no han servido para poner de acuerdo a todas sus señorías porque la oposición percibe en esta reforma una excusa para ejercer una suerte de «censura previa» contra todos los medios que hagan preguntas incómodas al Gobierno. Algo que han negado el resto de oradores, en un debate que ha vuelto a evidenciar la actual crispación y polarización que presiden la actividad parlamentaria.

El socialista Patxi López ha enumerado ejemplos de los insultos que «los pseudoperiodistas» han dedicado en redes sociales a «los periodistas de verdad», señalados, en ocasiones, con fotografías suyas difundidas sin su consentimiento. Un comportamiento que extiende al entorno digital, provocando acoso e incluso amenazas, el ya enrarecido ambiente en los pasillos del Congreso. «Feas, amargadas, felador, putillas, rodilleras...». El listado es largo.

«Acosar a una diputada no es libertad de expresión, es acoso. Insultar a periodistas, a diputados, no es libertad de expresión, son insultos. Agredir verbalmente a quien no te baile el agua no es libertad de expresión. Boicotear ruedas de prensa no es periodismo, es activismo ultra de aprendices de fascismo. El calumniador no es un libertador, es un opresor. Estamos buscando poner límites a esos comportamientos», ha concluido López, muy aplaudido por su bancada. «No se trata de perseguir por ideología, como dice algún portavoz del PP. Se trata de limitar comportamientos inaceptables sin que ello menoscabe el derecho a la información», ha complementado Maribel Vaquero, del PNV.

En el turno de fijación de posiciones han defendido la iniciativa Mertxe Aizpurua (Bildu), Josep Maria Cervera (Junts), Gabriel Rufián (ERC) y Francisco Sierra (Sumar). En contra se han posicionado Alberto Rodríguez Almeida (Vox) y Macarena Montesinos (PP), ambos afeando que la portavoz aberzale diese «lecciones» pese a su pasado como portadista en el diario proetarra 'Egin'. «¿Quién va a decidir quién es un buen periodista y quién un activista? ¿Ustedes o su socia Mertxe Aizpurua, periodista condenada por enaltecimiento del terrorismo?», se ha preguntado la diputada popular.

Antes, en rueda de prensa, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Miguel Tellado, había adelantado la oposición de su partido a la iniciativa, sin ninguna mención a insultos y señalamientos hechos desde EDATV y 'Periodista Digital'. Varios periodistas se han quejado en privado y Montesinos ha recogido el guante en el debate, pese a mantener su postura: «Este grupo no justifica ningún insulto ni mal comportamiento. Estamos en contra de los insultos, vengan de donde vengan». No obstante, la diputada del PP ha dicho que no procede reformar el Reglamento porque «los periodistas no están sujetos a él» y que, ante cualquier «incidencia», debe actuar la Presidencia del Congreso.

Rodríguez Almeida, de Vox, directamente ha acusado al PSOE y a sus aliados de tratar de imponer «una censura previa» y «un pensamiento único» desde un «aquelarre de enemigos de España». Tanto él como Montesinos le han recordado el '¿A ti qué más te da?' que le dedicó el exlendakari López a un periodista de ABC cuando le preguntó por las cenas de compañeros de su bancada con el Tito Berni, exdiputado socialista imputado en el caso Mediador. Ahora, continuará el recorrido parlamentario de la reforma del Reglamento del Congreso. Una salvaguarda del periodismo para unos, un ataque a la libertad de expresión para otros.