Aldama pone en jaque a Sánchez: «No se preocupe, tendrá pruebas»
Queda en libertad tras delatar mordidas al número 3 de Ferraz y al jefe de gabinete de la vicepresidenta Montero
Apunta al presidente: «Me dijo 'gracias por lo que estás haciendo, me tienen informado de todo'»
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El comisionista Víctor de Aldama tiró este jueves de la manta en la Audiencia Nacional con tanta fuerza que dejó con los pies fríos a medio Gobierno y buena parte del PSOE, donde reaccionaron en público intentando restar credibilidad a un relato que sí ... compró la Fiscalía Anticorrupción. El presidente del Gobierno fue un paso más allá al calificarle de «presunto delincuente» y a Aldama, cuya estrategia de delaciones funcionó hasta el punto de que salió de la cárcel nueve horas después de declarar, respondió desde la misma puerta de la cárcel de Soto del Real (Madrid): «Que no se preocupe el señor Sánchez, que va a tener pruebas de todo». Cargó además contra el presidente del Gobierno afirmando que es un «mitómano» e ironizando con que «tiene Alzheimer», porque no parecía recordar conocerle de nada. Y sí, se hicieron una foto juntos y no fue fortuita, como había declarado antes en la Audiencia Nacional: «Las fotos que se hace con cualquiera se las hace en la calle, no en zonas privadas», aseguró.
Ante el juez, Aldama había comparecido enfundado en un traje azul y con ganas de contar. En un tono a caballo entre lo explicativo, lo irónico y lo indignado, se acabó reivindicando como una especie de 'señor Lobo' -«hemos llegado al ministerio y se nos hace grande», le dijeron- que solucionaba problemas a cara descubierta. «A mi nadie me escondía en las reuniones», aseguró.
Y de esas, mencionó varias. Las dos más graves fueron en bares. En uno frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz habría entregado 15.000 euros en un sobre al ahora secretario de Organización de los socialistas, Santos Cerdán, para apaciguarle, como le había indicado el asesor del ministro José Luis Ábalos, Koldo García; después de pisar «su terreno» maniobrando en favor de una constructora para una licitación en la zona norte del país. Según su declaración, Koldo le explicó que «había cupos y el cupo vasco es de Santos Cerdán y había mucho cabreo». «Al final por contentarle...», comentó ante el juez, de acuerdo a la grabación a la que tuvo acceso ABC. Metió el dinero en un sobre y en su presencia, Koldo se lo dio. El abogado, puso la puntilla: «lo de los cupos ya se explicará, si le parece, en otra ocasión».
La segunda, contexto similar pero bajo la sede de un ministerio. Koldo le había dicho que debía tener «un detalle» con Carlos Moreno, el jefe de gabinete de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, porque se les había concedido un aplazamiento de la Agencia Tributaria para una sociedad, Pilot Real State, sin que contase con los avales preceptivos. Fueron otros 25.000 euros en un sobre que, también en su presencia, Koldo puso en manos del alto cargo dos meses después de que les desbloqueasen el aplazamiento. «Obviamente el señor Moreno dice que antes de hacer ningún movimiento tiene que hablar con su jefa, que es la ministra Montero, y que si ella autoriza, lo hacen», explicó sobre aquel favor. Se hizo.
Hubo un pago más a instancias de Koldo, según contó, pero no tuvo lugar. Era para Ángel Víctor Torres, entonces presidente de Canarias y ahora ministro de Política Territorial. Debía darle 50.000 euros para no tener «problemas» con las mascarillas que le vendería Soluciones de Gestión. Aldama no pagó y hubo trabas, porque el gobierno insular dijo que las mascarillas eran falsas.
Aldama lo contó respondiendo a preguntas de su abogado, José Antonio Choclán, auténtico artífice de esta comparecencia que busca atenuantes por colaborar con la justicia y acortar su estancia en prisión provisional por otra causa sobre hidrocarburos. La estrategia cuajó sobre la marcha. Este mismo jueves pidió al juez Santiago Pedraz que Aldama salga en libertad y la Fiscalía apoyó la petición: quedó libre a las 21:00 horas. No en vano, fuentes fiscales consultadas por ABC sostenían ya que el relato de Aldama en lo que a delaciones se refiere es plausible y se debe investigar, ya sea dentro de la Audiencia Nacional o en un juzgado ordinario.
«Todos sabían de Delcy»
Esta verosimilitud que se aprecia da otra perspectiva al resto de una declaración que pone en cuestión la versión del Gobierno y el PSOE sobre aspectos como la foto que Koldo hizo de Aldama con Pedro Sánchez en el reservado de un teatro donde el presidente presentaba en marzo de 2019 a Pepu Hernández como alcalde de Madrid. La imagen, difundida por El Mundo, fue denostada como el clásico selfie de un fan, pero Aldama subrayó este jueves que no fue «fortuita» sino buscada. Sostuvo que Koldo y Ábalos le invitaron a asistir porque el presidente del Gobierno quería conocerle y hablar con él. Y ocurrió: «Me dijo literalmente, gracias por lo que estás haciendo, me tienen informado». Se trataba de un tren en México para empresas españolas. Aldama abandonó el reservado y luego Sánchez y Koldo, según dijo.
También contradijo la versión oficial sobre el paso por el aeropuerto de Madrid de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. Aseguró que el viaje se organizó «un mes antes» y en el Gobierno «todos sabían del viaje». Especificó que lo conocían Sánchez, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; y por descontado, Ábalos: «Hablaba directamente con Delcy a través de mis móviles», aseguró, para añadir que fue ella quien avisó de que estaba sancionada y no podía pisar España. «No era un viaje privado» y no se pudo vestir de oficialidad porque eso «lo sabía todo el mundo» apostilló. Se acabaría frustrando cuando Exteriores se enteró de que venía, pero Aldama ya había reservado un chalet de lujo en Madrid para ella que según le dijo Koldo, habían revisado la Policía y el CNI, y le buscó una agenda que incluía cena en la casa con, entre otros, Sánchez, Ábalos, Marlaska, Montero, Salvador Illa y Teresa Ribera.
De ahí que cuando refirió que había tenido «varias reuniones» con la titular de Transición Ecológica y vicepresidenta europea para un asunto sobre la «España vaciada», asegurase que Ribera «sabía perfectamente quién era» él. En ese proyecto, por cierto, participaba la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, de parte de un hub de Globalia, Wakalúa, según apuntó también este jueves Aldama, que tenía constancia de que la ministra y ella se habían reunido una vez.
«El Banco de España»
Pero el más perjudicado quizá fue Ábalos. Aldama desgranó que sólo de los contratos de mascarillas y por cuenta de su propia comisión, el exministro se llevó 250.000 euros y su asesor, 100.000, aunque querían quedarse «con el 50%» de sus ganancias. «No soy el Banco de España», les dijo.
Pero al margen de esos contratos, el exministro, que este jueves en un comunicado negó la mayor, habría recibido de su parte más de 400.000 euros en efectivo y Koldo otros 200.000. No incluyen estas cuentas los pagos en especie, como el piso de la novia de Ábalos o la moto que compró a Koldo. Tampoco el chalet de la Alcaidesa para el exministro. Aldama declaró que querían que lo pusiese a su nombre y él se negó, porque «ya les pagaba por otra parte». Buscó sociedades y una exnovia lo firmó.
Porque Aldama, otra cosa no, pero dinero manejaba. Se refirió también sobre esto al comandante de Información de la Guardia Civil que está imputado, Rubén Villalba, para asegurar que no le pagaba porque sí, como al resto, sino para costear los móviles seguros que cada mes le proporcionaba y sufragar gastos de la Unidad Central Especial 2, Antiterrorismo, porque van cortos de medios. Se arrogó haberles comprado un dron y haber recibido una medalla. Figuraba en la base de colaboradores, pero salvo por lo del dinero o porque mentó que entraron en contacto con él a partir de sus viajes a México y Venezuela, no dio más explicación de lo que hacía por razones, dijo, de «seguridad nacional».
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