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Tribunales

El vaticinio del acusado del crimen de la viuda de la CAM durante el velatorio de la víctima

Un testigo revela que Miguel López predijo que sería detenido e ingresaría en prisión provisional

Imagen de archivo de Miguel López a su llegada a los juzgados de Alicante JUAN CARLOS SOLER

ABC

El único acusado del crimen de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM), su yerno Miguel López, anticipó a un amigo en el velatorio de su suegra que le detendrían durante 72 horas y que luego estaría entre "tres y cuatro años en prisión preventiva".

Francisco Javier A.M., amigo de la familia aunque especialmente del primogénito de Martínez ( Vicente Sala Martínez ), ha testificado en la sexta sesión del juicio con jurado en la Audiencia Provincial de Alicante, donde ha calificado al acusado, Miguel López, como un hombre "muy extrovertido", "nada discreto" y también "vehemente ".

El testigo se ha referido a su encuentro con López en el tanatorio horas después del crimen, una escena donde se reflejan las disputas familiares en relación a las empresas que tenían entre la víctima y su primogénito, de una parte, y las otras tres hijas, por otro lado.

Ha recordado que se acercó a Miguel López para darle el pésame y que, nervioso, éste aludió a que el primogénito llevaba cuatro horas declarando ante la Policía y que esperaba que fuera "sensato, como yo", y dijera a los agentes que "había problemas en la sociedad pero como en todas las empresas familiares".

A continuación, le afirmó que "todo el mundo sabía que mi suegra había perdido la cabeza hacía dos años", unas afirmaciones que profirió "muy alterado, con los ojos abiertos y hablando muy deprisa".

"Daba un poco de miedo" , ha asegurado el testigo a los miembros del jurado, al tiempo que ha recordado que Miguel López "hablaba muy alto y gesticulando los brazos" como si "hubiese tomado un 'Red Bull'" pese hallarse en ese momento en el tanatorio.

También ha indicado que el acusado le criticó que durante la noche previa, la del crimen, Vicente Sala Martínez se reuniera con dos de sus asesores, a lo que el testigo le replicó que estaba convencido de que ese encuentro se habría celebrado en calidad de "amigos personales y no asesores" porque, en su opinión, el primogénito estaba muy afectado por la muerte.

Tras estos comentarios, que el testigo ha confesado que le dejaron "descolocado", López prosiguió: " Yo sé que voy a estar 72 horas detenido" , a lo que Francisco Javier A.M. le señaló para tranquilizarle que la Policía no actúa así.

Pero el acusado continuó que "esto va así: Yo estaré 72 horas detenido y luego 3 ó 4 años en prisión preventiva".

El testigo ha señalado ante el jurado su incomodidad ante esa conversación, que en ese momento consideró "disparatada", y ha agregado que para intentar "cambiar de tercio" le manifestó que lo que deberían hacer los cuatro hermanos (el primogénito y sus tres hermanas) era "encerrarse en una habitación y tirar las llaves hasta llegar a un acuerdo", en relación a sus diferencias por los negocios familiares.

«Un enfrentamiento muy fuerte y duro»

Este testigo ha explicado que había un "enfrentamiento muy fuerte y duro" entre Vicente Sala Martínez y sus hermanas por el tema económico, dentro de unas relaciones que se fueron deteriorando "poco a poco" a raíz de la muerte por enfermedad unos años antes del padre.

Esta declaración se ha producido un día en el que también ha testificado la asistenta de la casa de la víctima, María Milagros J ., quien ha explicado que las hijas no comían con su madre ni se hablaban con ella desde seis meses antes del asesinato (desde el 29 de junio de 2016).

Tras definir a López " nervioso y con tono de voz alto" y a la víctima como "afable y sencilla" , ha añadido que, pese a no compartir mesa y mantel con su madre, las hermanas sí se llevaban tanto la comida como la cena del domicilio de la víctima.

María del Carmen Martínez falleció la tarde del 9 de diciembre de 2016 tras recibir dos disparos en la cabeza efectuados a corta distancia cuando fue a recoger su vehículo en el concesionario de coches Novocar, propiedad en aquella época de la familia y administrado por Miguel López, marido de la hija pequeña de la víctima, Eva Fuensanta Sala Martínez, conocida como Fanny.

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