El origen y la magia de la Noche de San Juan en otro año sin hogueras en las playas

Lo mismo ocurrirá en Alicante, que tampoco vivirá este año sus Hogueras, una manifestación cultural en la que, además de los monumentos que se plantan en sus calles, la pirotecnia y la indumentaria tienen un protagonismo absoluto.

La velada del 23 al 24 de junio , el fuego y el agua se convierten en elementos mágicos, protagonistas de rituales, mitos y leyendas que varían a lo largo de la geografía española. La mayoría pasan por encender una hoguera -en Albacete, por ejemplo, de trastos viejos- a la orilla del mar y saltarla siete veces, según los valencianos, o nueve, según los gallegos, para atraer a la buena suerte.

Cuenta la leyenda que si durante el salto se lanza una trenza hecha con flores o cintas de colores a la persona amada y ésta la recoge antes de que caiga, habrá felicidad entre ambos y buena suerte.

También -sobre todo en Cataluña y las Baleares- hay quien escribe un deseo en un papel y lo lanza al fuego con la esperanza de que se cumpla en los meses siguientes. En Andalucía los incluyen dentro de muñecos de trapo que también son devorados por las llamas.

En otros puntos de España, cuando el reloj marca la medianoche, familiares y amigos se meten de espaldas en el agua -en Mallorca, con una vela encendida-. Una vez a remojo, cuantas más olas se salten más beneficios obtendremos: desde desprendernos de la energía negativa hasta aumentar la fertilidad.

De hecho, en Andalucía la tradición marca que un lavado de cara a las doce en punto garantiza la salud y la belleza, aunque en Galicia debe hacerse con el agua que previamente se ha dejado impregnar de hierbas aromáticas. Eso sí, nadie puede mirarse después al espejo, sino el hechizo se rompe.

Cada municipio tiene también sus propias leyendas locales. Por ejemplo, en la localidad alicantina de Teulada se dice que quien esté en la fuente de la Jana durante la Noche de San Juan recibirá la visita del hada Jonaina, que concederá un deseo al presente si es capaz de trasladarla a sus espaldas hasta el pueblo sin girar la cabeza para mirarla.

Pese a que se hace referencia continuamente a lo extraordinario de esta noche por ser la más corta del año, en realidad no coincide con el solsticio de verano , que ocurre unos días antes, el 21 de junio.

A las 5.32 horas de esa jornada, la de más horas de luz -alrededor de quince- en todo 2021, terminará la primavera y daremos paso a los 93 días de la estación más larga, que se prolongará hasta el 22 de septiembre.

¿Por qué se celebra entonces el solsticio el 24 y no el 21? La creencia popular adaptó en su día esta celebración de origen pagano al calendario cristiano para ajustarla al nacimiento de San Juan Bautista, justo seis meses antes del alumbramiento de Jesús.

La Bíblia relata que Zacarías, el padre de Juan, se quedó mudo tras recibir la visita de un ángel que le anunció la llegada de su hijo. Cuando éste nació, y ante la imposibilidad de comunicarse a través del habla, encendió una hoguera para anunciarlo al pueblo.