Catorce horas con Aznar: «El liderazgo del futuro tiene que ser Feijóo, pero me gusta que en el PP haya pluralidad»
ABC acompaña a Aznar en una intensa y larga jornada de campaña en Murcia: tiene cosas que decir y quiere decirlas
Insiste en sólo un Ejecutivo fuerte y en solitario podrá revertir el sanchismo y pide a Feijóo firmeza desde el primer día
El expresidente apuesta por un «gran acuerdo político y social» para «estabilizar la situación económica»
Aznar toma notas ayer en el AVE que le devolvió a Madrid, tras hacer precampaña en Murcia
Son las nueve y diez de la mañana en la estación de Chamartín. José María Aznar entra en el AVE con el tiempo justo, cargando con su maletín, la chaqueta y una bolsa. Habla por teléfono y anda despacio, pero avanza rápido, porque sus pasos ... son largos. Lleva corbata azul y está delgado y en forma, y bien de pelo. «Organizo mi vida siempre después de hacer deporte». Una hora de «running» y hora y media de pesas en el gimnasio todos los días de la semana; por eso es extraño verle en actos sociales a primera hora de la mañana.
Mientras atraviesa el coche 1 hacia su asiento, Aznar sonríe amablemente, mirando desde abajo hacia arriba. ABC acompaña al expresidente del Gobierno en una jornada que acabará bien entrada la noche de vuelta a Madrid, aunque no en Chamartín, sino en Atocha.
Diecinueve años después de dejar voluntariamente el poder, Aznar (Madrid, 1953) está en campaña porque su partido le reclama y porque está dispuesto a contribuir en lo posible. El destino del día será Murcia -la última capital de provincia comunicada por alta velocidad con Madrid-, con dos actos del partido y una entrevista con La Verdad, el periódico líder en la región. Recién cumplidos los 70 años, Aznar vive una segunda juventud y quiere ponerla al servicio de su país. Tienes cosas que decir y ganas de decirlas.
«La campaña del 89 la hice en coche. No había AVE y la red de autopistas era otra cosa». Como quien recuerda un viaje de juventud, Aznar rememora un periplo en coche con actos en el día en Bilbao, Santander, Oviedo y noche en La Coruña, adonde llegaron a las seis de la mañana. «Esto», apunta sentado en el asiento de un tren que le llevará a Murcia en tres horas, «es una demostración del progreso de España».
Aznar ha pasado por todas las casuísticas del político que pide el voto, pero asegura que en esta campaña se involucra con «muchísimo» gusto: «No me cuesta mucho, y el momento que vive el país no es para negarle este esfuerzo. Le dije al partido: iré donde queráis y cuando queráis». Como preámbulo del intenso día que le espera, nada más poner pie en el andén el maquinista le pide una foto. Lo hace con exquisita educación, porque Aznar sigue imponiendo. Será la primera de muchas en una jornada de precampaña electoral.
La elección de Murcia no es casualidad. Es probablemente la plaza donde Vox tiene más fuerza, y Aznar es posiblemente el mejor reclamo del PP para reivindicarse. ¿Por qué? Por el Plan Hidrológico Nacional que aprobó en su segunda legislatura (2000-2004) y que José Luis Rodríguez Zapatero derogó para implantar un plan de desaladoras que nunca funcionó. Los murcianos señalan el agua como el segundo problema tras el paro, pero no es un asunto local. Aznar es claro: «De todos los errores que se han cometido en estos diecinueve años, el más imperdonable es ese». No es poca cosa: de todo lo que hizo y deshizo Zapatero, lo que no deshizo Rajoy y lo que está haciendo Sánchez lo más grave es no haber resuelto el problema del agua.
Aznar microfonándose en el Casino antes de charlar con López Miras
«Los socialistas han decidido que no hay que compartir el agua, y no hay familia, región ni nación que sobreviva sin compartir lo que tiene. A mí es un tema que no se me olvida, el problema de la sequía podía estar resuelto, y financiado por Europa. Mi plan tenía un coste político y yo estaba dispuesto a asumirlo (pregunté a los ministros) pero es mucho más importante la vertebración de España».
Lo dice en el acto central del día, un almuerzo mitin en Torre Pacheco ante más de 1.200 asistentes que fueron adecuadamente motivados por el cicerón de la jornada, el presidente de Murcia y candidato a la reelección, Fernando López Miras. En el trayecto en coche desde el centro de la capital autonómica -30 kilómetros- Aznar cambia la americana y la corbata por una chaqueta más mitinera.
«Eres el presidente del agua y de los agricultores», proclamó López Miras mientras señalaba a Aznar ante el furor de los asistentes que el PP atrajo para la ocasión y que obligaron ampliar el salón varias veces. «Presidente, presidente». Salir del restaurante le supuso al exjefe del Gobierno más de media hora de besos, posados, selfis y firmas, como en las grandes ocasiones. Un auténtico baño de masas. «Es pequeñico y yo pequeñica, no nos vamos a ver», lamentaba una señora ante la avalancha que rodeaba a su objetivo. «Señor Aznar, a pegarle fuerte», indicaba otro.
Elecciones generales
«La gente ha decidido que hay aires de cambio y lo va a confirmar con más expresividad y rotundidad de lo que se cree«
José María Aznar reúne en su zurrón todo el catálogo de experiencias que puede vivir un político en el contacto con la gente, pero a pesar de todo, el viernes se sorprendió gratamente y supo disfrutarlo. «Tú eres mi referente», le dijo un entregado presidente de Murcia agradecido por su presencia en la Región.
La jornada es intensa. El PP de Murcia lo tiene todo organizado y Aznar es trasladado en volandas de aquí para allá. ABC observa desde una distancia prudente y aprovecha los traslados para preguntar y repreguntar.
-Elecciones autonómicas y municipales en tres semanas y generales en seis meses. ¿Hay un paralelismo con 1995, cuando España se tiñó de azul como antesala de su llegada a La Moncloa?
-Tiene un paralelismo muy claro. Las circunstancias políticas no son exactamente las mismas, entonces era PP-PSOE, pero en términos cualitativos el 28M va a tener mucha relevancia para las generales.
Situación económica
«Hace falta un pacto político y social de 15-20 años para estabilizar la economía en España»
Aznar confiesa que cree que la victoria del PP será mayor de lo que vaticinan las encuestas; se mantendrán Madrid y Murcia y al menos hay opciones de gobernar la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Baleares, Aragón y La Rioja. «La gente ha decidido que hay aires de cambio y lo va a confirmar con más expresividad y rotundidad de lo que se cree».
-Señor Aznar, usted sabe que el PP tiene un elefante en la habitación y se llama Vox. ¿Cómo cree que deben relacionarse con ellos?
-Pablo Casado me lo preguntó y le dije que había que utilizar la estrategia de Ben-Gurión: hay que combatir a Vox como si no hubiera Gobierno y al Gobierno como si no hubiera Vox.
El liderazgo en el PP
«El que tiene raza de líder no teme rodearse de los mejores. Ese es el error que cometió Pablo Casado, ser un líder temeroso»
En el mitin de Torre Pacheco Aznar proclamó públicamente su confianza en y su apoyo al actual presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Por eso ABC le pregunta su opinión sobre los otros líderes fuertes de su partido: Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno. «El liderazgo del futuro tiene que ser Feijóo, pero me gusta que en el PP haya pluralidad. La conjunción Feijóo, Ayuso, Moreno es muy positiva. Hay que rodearse de los mejores. El que tiene raza de líder no teme rodearse de los mejores. Ese es el error que cometió Pablo Casado, ser un líder temeroso».
-¿Habla usted a menudo con Feijóo?
-Nos llevamos muy bien.
-¿Le consulta a quién hay que fichar?
-Cuando llega Feijóo se encuentra con lo que hay. Hay más voluntariado cuando hay expectativas de cambio.
Una señora elogia cariñosamente a Aznar en el centro de Murcia
El primer acto del día, a media mañana, ha tenido lugar en el Casino de Murcia, donde convocados por el partido le esperaban medio centenar de empresarios dispuestos a escuchar su diálogo con López Miras. Aznar volvió a recomendar para España las recetas económicas que ha aplicado siempre: disciplina fiscal, equilibrio en las cuentas públicas, nada de déficit, poca deuda, favorecer la creación de empresas, bajar impuestos aumentando la recaudación («yo lo demostré dos veces»), no gastar «estúpidamente» lo que no se tiene... Dicho de otro modo: «un pacto político y social con una duración de 15-20 años para estabilizar la situación económica en España».
-¿Y si no hay posibilidad de acuerdo?
-Si esto no puede ser por la vía de los pactos, cuanto más fuerte sea el Gobierno que tengamos, mejor.
Esto es un mensaje a los votantes y una recomendación a Feijóo. Para Aznar, el ciudadano que quiera un verdadero cambio debe dotar a Feijóo de «un Gobierno fuerte y en solitario». Y, de ser así, el futuro presidente no tendrá tiempo que perder: endurecer la malversación, recuperar la sedición y suprimir las leyes de Memoria Democrática y la del 'sólo del sí es sí', entre otras cosas. Mensajes claros desde el primer día. Dotar de un discurso político todas y cada una de las medidas. Hacer política.
Sobre Núñez Feijóo
«El liderazgo del futuro tiene que ser Feijóo, pero me gusta que en el PP haya pluralidad. La conjunción Feijóo, Ayuso y Moreno es muy positiva»
El mejor ejemplo en sentido contrario es la última ley del Gobierno Sánchez, atravesada por la ideología, y no sólo porque atienda a los okupas y persiga al propietario: «La Ley de vivienda es populismo barato, pero sobre todo es un ataque directo a la propiedad, y sin derecho a la propiedad no hay economía de mercado y no hay democracia. Está en la base de las sociedades libres». O los ataques 'ad hominem' a empresarios. «Estamos en una latinoamericanización de la política española», lamenta.
Hijo de la Transición
En su defensa de la Transición, Aznar se remite a una charla reciente con Felipe González organizada por Naturgy en la que aseguró que prefiere ser hijo de la Transición que nieto de la Guerra Civil. «En el 2000 yo dije 'la Guerra Civil ha terminado'. Lo que no esperaba es que los nietos de la Guerra Civil vinieran a revivirla. Lo de ahora es la destrucción sistemática de la Transición».
«Esto ha funcionado bien cuando ha habido dos pilares constituyentes con un margen de diferencia razonable, uno al centro derecha y otro al centro izquierda. Esto ya no lo hay y la pregunta es '¿y ahora, qué?'. Yo no hago de la Transición un ejercicio de nostalgia, sino de las políticas de la Transición una oportunidad de futuro».
Aznar participa en una comida con militantes del PP en Torre Pacheco, Murcia
Ya en el tren de vuelta, Aznar saca un rato para leer. Sigue siendo un atlantista, como demostró en su etapa de Gobierno. El libro es «Superpower in Peril», del político republicano David H. McCormick, y Aznar lo lee en inglés, idioma que utiliza diariamente en su trabajo; lejos quedaron sus primeros pinitos en los tiempos como presidente. El título del libro, «Superpotencia en peligro, un plan de batalla para renovar Estados Unidos», revela que algo no va bien en aquel país.
-Trump puede ser presidente.
-Un señor que intentó un golpe de Estado y que sigue diciendo que le robaron las elecciones no puede ser presidente de Estados Unidos. Y si lo es, ese país está muy mal.
-Pues tiene opciones serias de ser el candidato republicano.
-Los demócratas no tienen un candidato claro para sustituir a Biden y lo mejor que tienen es a Trump. Se puede dar la paradoja de que la convención republicana elija a Trump y pierda las elecciones. Sólo la convención republicana puede impedir un Trump-Biden.
Sobre Trump
«Un señor que intentó un golpe de Estado y que sigue diciendo que le robaron las elecciones no puede presidir EE.UU.»
El viaje de vuelta se alarga, porque el tren para cada poco: Orihuela, Elche, Alicante, Villena, Albacete, Cuenca. Viajeros suben y bajan. Mientras la noche se va imponiendo sobre la meseta, la conversación en el coche 1 discurre por parajes mucho más lejanos, pero que nos alcanzan a todos. Aznar asegura que la guerra de Ucrania forma parte de la confrontación entre Estados Unidos y China y que el desenlace será «determinante». Encuentra un paralelismo con la Guerra fría: «No es tanto la fortaleza del enemigo como las debilidades internas». Porque Aznar aún cree «en la fortaleza de Estados Unidos, aunque está dañada y eso nos afecta a todos. Pero su capacidad es aún insuperable».
La geoestrategia es, para Aznar, uno de los dos retos para el futuro. El otro nos adentra en lo desconocido, pero ya está aquí: la inteligencia artificial: «El diálogo entre los hombres y las máquinas; y quién prevalece. No está claro».
La relación con Vox
«Hay que combatir a Vox como si no hubiera Gobierno y al Gobierno como si no hubiera Vox»
Son casi las 23 horas. El AVE ha llegado a Madrid. El exterior de su primer vagón luce un anuncio de la final de Copa entre el Real Madrid y Osasuna. Aznar tiene ganas de ver el partido, aunque este año ha ido poco al estadio. En su día a día no todo es política y geoestrategia. Los días en la vida de un expresidente dan para mucho, también para el deporte -verlo y practicarlo-, mientras confía en que Murcia haya escuchado su mensaje: un Gobierno fuerte y en solitario para darle la vuelta al sanchismo. «Las posibilidades de España son formidables si se toman las decisiones adecuadas y se abandona el populismo». Porque, como dice Aznar parafraseando a Cánovas, «todo lo que no es posible es mentira».
Y Aznar se va, ya de vuela a casa, después de un día en el que ha demostrado algo que dijo en Torre Pacheco: «Yo no he cambiado».