ERC y Colau escenifican su complicidad al encarrilar los presupuestos de Barcelona

El líder de los republicanos, Ernest Maragall, y el bipartito municipal de BComú y PSC, con sus respectivos equipos negociadores se han reunido esta mañana y han comparecido a posteriori para mostrar el buen entendimiento entre formaciones , que ya se vaticinó hace un mes, cuando los republicanos avalaron la propuesta de ordenanzas fiscales y ya mostraron entonces así su buena sintonía y predisposición con el gobierno de BComú y PSC.

"Estamos en la recta final, queda camino por recorrer y trabajo de concreción y detalle", ha avanzado Maragall en una primera comparecencia. El líder republicano ha remarcado que " no es nuestro presupuesto pero será un buen presupuesto ", ya que con sus peticiones se podrá interceder mejor en políticas de educación y de ocupabilidad y especialmente en medidas contra la crisis climática y habitacional.

Por su parte, Colau ha agradecido a los republicanos "el tono y el contenido de las conversaciones". "Es el camino que tanto en Barcelona, Cataluña como el Estado estamos trabajand o , para que cambie el marco de la excepcionalidad por el de la buena política, el diálogo y los acuerdos", ha remarcado la alcaldesa.

Aunque a nadie se le escapa que el preacuerdo en Barcelona es una antesala para que el pacto se repita en la Generalitat, donde el gobierno sigue ultimando con los comunes las cuentas . Maragall y Colau han querido desvincular ambas negociaciones pero han recordado que buena parte de las cuentas locales dependen de los elementos que se incluyan en el proyecto autonómico.

Tras el acuerdo, los presupuestos sugeridos serán por primera vez de más de 3.000 millones de euros . A la propuesta inicial, se incorporará a petición explícita de ERC de incorporar unos 100 millones de euros para asuntos de vivienda.

Si no hay sorpresa de última hora, los presupuestos verán el visto bueno irán al pleno de final de mes, donde quedarán aprobados definitivamente. De ser así, Colau conseguirá tirar adelante por primera vez unas cuentas, tras años en los que recurrió a prórrogas y mociones de confianza.