La víctima de la presunta violación grupal de Molins tenía 14 lesiones «compatibles» con su relato

Tras el pase a disposición judicial, la juez acordó dejarlos en libertad pero con las medidas cautelares que había pedido la Fiscalía. Esto es, orden de alejamiento de la víctima y prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio, además de la retirada del pasaporte y la entrega de sus teléfonos móviles para poder ser analizados por los investigadores.

Cinco de los seis imputados también deberán comparecer periódicamente en una sede judicial durante el proceso de instrucción de la causa para asegurar que no se van a fugar de la Justicia.

La víctima, mayor de edad, relató que, sobre las seis de la madrugada, el grupo la había abordado a la salida del local, ubicado en el polígono industrial El Pla de Molins. Aunque su relato de los hechos no ha sido coincidente en las dos o tres ocasiones en que hubo de declarar, en síntesis ha coincidido en que la introdujeron en el vehículo. Fue después, cuando ella pretendía volver a su casa cuando la agredieron sexualmente y, finalmente, la abandonaron en la estación de tren de Sant Boi. Aseguró que, durante la supuesta agresión sexual, los investigados la penetraron y que no pudo defenderse porque estaba cansada y había bebido.

La víctima fue explorada por el médico forense, que detectó 14 lesiones que «son compatibles» con los hechos que relató la mujer. Así lo recoge el mismo auto judicial.

Un testigo confirmó que se encontró a la chica en la estación. Tenía las medias rotas y se tapaba el torso con una chaqueta. La escuchó decir: «Perdí a mi grupo de amigos y después me metieron en el maletero de un coche . Me han tirado de un coche en marcha». Así lo recoge la juez en el auto en el que confirmó las medidas cautelares para los investigados.

La versión que ofrecieron a la juez los detenidos es otra bien distinta. Según ellos, conocieron a la joven en la discoteca tomando unas copas. Sobre las seis de la mañana, la chica quiso irse con ellos en el coche. Fue ella –siempre según la versión de los imputados– la que comenzó a enseñar los pechos a los investigados y les invitó a mantener relaciones sexuales. Había «un ambiente amistoso y divertido» y era la denunciante la que «tomaba la iniciativa» . Dejaron a la joven en la estación porque iban demasiado borrachos para dejarla en su domicilio, siempre según la versión de ellos. También aseguraron que grabaron con un teléfono móvil las relaciones, según ellos consentidas, pero todavía no han podido ser localizadas.

La juez, en su auto, considera que hay «indicios racionales» de que la agresión sexual pudo haberse producido.