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Miquel Porta Perales - El oasis catalán

Saduceos

El catalán es un secesionismo saduceo porque, a la manera del clásico, que pretendía burlar al poder romano, siempre busca engañar al Estado de derecho

El secesionismo catalán se empeña en pedir al Gobierno diálogo y valentía. Una auténtica trampa saducea. Si los saduceos negaban la inmortalidad del alma y la resurrección del cuerpo, el secesionismo niega los límites del diálogo y quiere eludir la frontera de la Justicia. ¿Qué ... nos está diciendo el secesionismo? En pocas palabras: que el diálogo lo admite todo y la Justicia debe hacer la vista gorda cuando convenga. Veamos. ¿Qué ha de admitir el diálogo? Lo que convenga al secesionismo. ¿Cuándo debe hacer la vista gorda la Justicia? Cuando convenga al secesionismo. O lo que es lo mismo, traducido al lenguaje y la jerga independentista: el Estado debe regalar al secesionismo un referéndum de autodeterminación por su cara bonita –¡oigan que salieron a la calle el 1 de Octubre para decidir su futuro!- y los “presos políticos” (?) han de salir de la cárcel, porque no han cometido ningún delito. En definitiva, carta blanca a los independentistas.

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