la nada nadea
La farsa
Sitúense. Comisión de Cooperación del Parlamento catalán. Representantes de los distintos grupos se dirigen, por turno, a un miembro de la Alianza por la Libertad en Venezuela. No parece que haga falta apelar a la cooperación o a la solidaridad, sólo a la gentileza, para ... que los diputados catalanes utilicen el idioma que compartimos con los venezolanos. Nanay. El independentista López Tena (ex consejero que fuera del Consejo General del Poder Judicial) alterna en su intervención el catalán y el inglés. Los otros portavoces se limitarán al catalán, salvo el popular y el socialista. El primero, como es obvio, sin más. El segundo, como es habitual en este teatrillo donde ha ido a parar la vieja y noble Cataluña, tras una introducción en catalán y no sin antes justificarse ¡en sus raíces hispanoamericanas! No fueran a creer los venezolanos que el socialista habla español por ser español.
Cuando se les reprocha el incumplimiento de leyes y sentencias sobre la lengua en la educación, dirigentes, miembros y seguidores del Partido Único Catalán (CiU, PSC, ICV y ERC) repiten –como si fuera una respuesta– este mantra machacón e hipnótico: “En Cataluña no existe un conflicto lingüístico”. Y es cierto, no se trata de un conflicto: se trata de una farsa. El castellano es la primera lengua de los catalanes con mucha diferencia sobre el catalán: el primero supera el 53 % y el segundo no llega al 37 %. Y la calle es un espejo fiel de tal realidad. Pero todo se altera cuando pasamos de la calle a la tribuna, al escaño, a la tarima, al megáfono, al micrófono, a la notificación, a la multa o a la ventanilla. Ahí, el español se omite o se justifica.
Cuando un diputado socialista considera necesario explicar el uso del español en una comisión parlamentaria, ante un hispano, apelando a sus comunes raíces americanas, el que tiene un conflicto es él. Un conflicto consigo mismo, con la realidad, con el pueblo catalán que representa y con la inmensa mayoría de sus votantes.
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