El pequeño Óliver será operado mañana tras más de 48 horas de pruebas en Sant Joan de Déu

Superada esta primera operación, el equipo de cirujanos tiene prevista una segunda entrada a quirófano que se producirá, en función de su evolución, a finales de la semana que viene. En esta segunda intervención se extirpará (parcial o totalmente) al pequeño, el tumor que presenta en el tronco cerebral, una zona compleja de operar por su proximidad a algunas estructuras nerviosas fundamentales. Posteriormente, se biopsiará para poder diseñar el tratamiento más adecuado.

Óliver llegó el miércoles a las doce de la mañana a Barcelona, donde han repetido al pequeño muchas de las pruebas que ya se le realizaron en México cuando le detectaron el tumor. Estas últimas horas, explican desde el hospital, el menor ha sido tratado con corticoides, rehitdratación y nutrición para reducir la extrema fragilidad que presentaba en el momento del ingreso.

El traslado en avión medicalizado desde Cancún fue posible gracias a la aportación de un benefactor anónimo que abonó los 196.400 euros del viaje, que pudo efectuar Óliver junto a su madre, Lena. A su llegada Barcelona los esperaba el padre, que había volado desde México en avión comercial a Madrid, y el tío del pequeño, que vino desde Málaga por carretera.

La familia, de origen malagueño, se mudó a México en 2021 para abrir un negocio de buceo. El padre contó durante el fin de semana en redes que el pasado 13 de octubre llevaron al pequeño al hospital porque no podía moverse. Allí le detectaron un tumor que le causaba hidrocefalia (agua en el cerebro) y dieron a la familia un diagnóstico fatal de 15 días de vida.

En México se le practicó un drenaje para eliminar parte del líquido y lograron mantenerlo vivo, pero la intervención seguía siendo tan necesaria como difícil: la hinchazón se encontraba cerca del tronco encefálico, una zona casi imposible de operar por su proximidad a algunas estructuras nerviosas fundamentales. Tanto es así, que en la sanidad pública mexicana no garantizaban los plazos necesarios para la intervención, y el coste de la vía la privada superaba, según el padre, «los 100.000 euros».

Siete de los cirujanos que atendieron al niño en México recomendaron trasladarlo a España para ser operado de urgencia, por lo que la familia decidió volar y llevarlo al hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, donde, según el abuelo, «había trabajado un amigo de la familia».

El tratamiento en México y el viaje a España fueron posibles gracias a la solidaridad mostrada por miles de personas en todo el mundo a través de internet y, especialmente, la del benefactor anónimo que desembolsó los 196.400 euros para financiar el avión medicalizado que debía sobrevolar el Atlántico durante más de 12 horas con el niño en estado crítico.